Las fajas modeladoras son populares entre las mujeres, porque ayudan a disimular kilos de más, rollitos y protuberancias, en forma rápida y eficaz. De hecho, muchas celebridades las usan en la alfombra roja para lucir una silueta más delgada.

Sin embargo, su uso reiterado, puede ser perjudicial para la salud. Así lo afirman el gastroenterólogo John Kuemmerle, el dermatólogo Maryann Mikhail y la quiropráctica Karen Erickson, quienes mencionaron 4 formas en que esta prenda puede dañar tu organismo.

1. Cuando usas faja, comprimes tus órganos

Mientras más apretada la faja, mejor para la figura. Sin embargo, esto significa que el estómago, el intestino y el colon quedan comprimidos, señala Kuemmerle, añadiendo que esta prenda puede empeorar el reflujo y la acidez estomacal, además de provocar una dolencia conocida como esofagitis erosiva.

El tracto digestivo también se ve afectado, explica Erickson, añadiendo que cuando los intestinos están comprimidos durante un largo período de tiempo, se ahoga el flujo de la digestión. Este daño, aunque no es permanente, puede conducir a síntomas desagradables como malestar abdominal, hinchazón y gases.

Las personas con trastornos funcionales del intestino, síndrome de colon irritable o problemas de incontinencia deben tener precaución al usar fajas. “El aumento de la presión intra-abdominal, sin duda, puede provocar episodios de incontinencia”, explica Kuemmerle.

Erickson agrega que si evitas ir al baño cuando usas fajas puede empeorar la incontinencia o provocar algunas “fugas”.

2. Puedes desarrollar hormigueo, entumecimiento y dolor en las piernas

Las fajas para piernas pueden provocar una condición conocida como Meralgia parestésica, que es cuando el nervio periférico en el muslo se comprime. Esto produce sensación de hormigueo, entumecimiento y dolor en las piernas. Esta condición también puede ocurrir por el uso de pantimedias demasiado apretadas o leggins.

Este efecto además puede disminuir la circulación y conducir a la formación de coágulos sanguíneos. Erickson explica que aquellas mujeres genéticamente propensas a las várices pueden tener más problemas vasculares e hinchazón de tobillos.

3. Tus músculos también pueden sufrir

Las “fajas no son un sustituto de músculos fuertes,” dice Erickson, añadiendo que es importante desarrollar la musculatura, porque mantiene tu postura en perfecta alineación. Muchas personas usan fajas como una forma de cumplir la función de estos músculos, relata.

Además, afirma que no hay que dejarse engañar por los corsés para la espalda que prometen cumplir esta función. Este tipo de fajas no fueron diseñadas con fines terapeúticos, sino que estéticos.

4. Pueden crear un ambiente propenso a las infecciones

Las fajas atrapan la humedad, lo que predispone a quienes las usan a hongos e infecciones bacterianas. El dermatólogo Maryann Mikhail dice que la infección más común es la foliculitis, ya que las bacterias suelen quedar atrapadas entre los folículos del pelo, causando protuberancias de color rojo llenas de pus.

“Por lo general, la foliculitis se puede tratar fácilmente con antibióticos tópicos”, indica. Sin embargo, “las infecciones recurrentes pueden desarrollar resistencia a los antibióticos, lo que significa que cada vez es más difícil de tratar”, añadió.

Mikhail señala que los riesgos son mayores en las personas con sobrepeso, diabéticos y aquellos que sudan en exceso.

Los expertos coinciden en que no se trata de dejar de usar por completo estas prendas, sino que dejarlas para ocasiones especiales, en lugar de utilizarlas a diario.

Además señalan en que si estás experimentando cualquiera de los síntomas antes mencionados, dejes de usarlas temporalmente y observes qué pasa. Si los síntomas persisten, acude al médico.