“Autoridad, póngase una mano en el corazón”, les dijo el chacha a unos incómodos Ministro de Salud, Intendente, Gobernador y Diputado en Ercilla. Y es que pasado más de un mes, ninguna autoridad del los poderes Ejecutivo y Parlamentario ha dicho palabra sobre los cuatro jóvenes mapuche, de la comunidad Wente Winkul Mapu, que se encuentran en huelga de hambre en la cárcel de Angol.

Por su parte, la Corte Suprema declaró admisible el recurso de nulidad por el juicio en que se condenó a más de 10 años de cárcel –por hechos en los que no hay heridos ni daños– a Paulino Levipán y Daniel Levinao. La audiencia está fijada para este jueves 4 de octubre. Al día siguiente en Collipulli será la preparación del juicio por el que están en prisión preventiva Rodrigo y Eric Montoya, los otros dos jóvenes huelguistas. En todas las causas el acusador es el controvertido fiscal Chamorro.

Sin embargo, el Presidente de la Corte de Apelaciones de Temuco dijo que la salida sería el indulto presidencial o una ley de amnistía por parte del Parlamento. Este planteamiento va en la línea del esgrimido por la Corte Suprema frente a la huelga de hambre de la CAM el año pasado, cuando Milton Juica dijo que el Ejecutivo es el responsable de judicializar un conflicto que es político.

En las huelgas de hambre de 2010 y 2011, La Moneda repetía como estribillo: “este es un tema de tribunales. El Gobierno lamenta la situación pero no puede hacer nada”. Y así, frente al problema de Estado que es el conflicto territorial en Wallmapu, el poder político y el judicial se tiran la pelota: –“Este muerto no es mío”–.

Al igual que en las huelgas anteriores, las familias apoyan la movilización desde la angustia. Las madres, por supuesto, con dificultad para comer y para dormir. Y es que la comunidad Wente Winkul Mapu ha tenido un año muy duro de resistencia, al igual que las otras comunidades de Malleco que luchan por la restitución de 12 mil hectáreas de territorio ancestral que les pertenecen, y que en su mayor parte están en manos de las grandes forestales.

Sobre ese tema –EL TEMA- la famosa Área de Desarrollo Indígena (ADI) impulsada por el Gobierno no plantea solución, y más bien se ha convertido en un nuevo motivo de conflicto, cuando lo que más necesita el movimiento mapuche es unidad.

El año pasado, cuando los huelguistas de la CAM estaban al borde de la muerte, y sus cuerpos dañados para siempre, la Corte Suprema se las rebuscó para rebajar la pena y así empatar en los descuentos.

¿Qué más podríamos pedir? Que el Presidente Sebastián Piñera hablara claro, cumpliendo su rol de Jefe de Estado, como no lo hizo ninguno durante la Concertación. Sí, porque el conflicto territorial en Wallmapu tarde o temprano necesitará una voluntad política como nunca se ha visto: Una Ley de Amnistía para todos los presos mapuche, como complemento de una nueva Ley Indígena cuyo objetivo central sea la restitución del territorio ancestral. Esto, por supuesto incluye el temido mecanismo de la expropiación en caso de no llegar a acuerdo con los particulares y empresas forestales que ocupan esas tierras (no es posible que el “conflicto mapuche” haga valer esas tierras como si tuvieran petróleo u oro). Y a continuación habrá que plantear un plan de acción para establecer un estatuto de autonomía política, como ya lo entendió el Ministro Lavín.

¿Demasiado radical? En la misma línea iban las propuestas de la comisión presidencial que estuvo trabajando muchos meses durante el Gobierno de Lagos. Pero esto fue echado al olvido, debido a la irresponsabilidad de una clase política que -en su conjunto- no ha tomado el peso a los elementos que tiene este conflicto, como para ser de gran escala en el futuro. Y es que el negocio forestal es de gran escala, así como su financiamiento a la actividad política en Chile. Si no es éste el tema de fondo en esta huelga de hambre, que algún diputado o senador lo niegue.

Autoridad, hágale caso al chacha y póngase una mano en el corazón, y piense en los niños mapuche que vienen detrás de Paulino, Daniel, Eric y Rodrigo.

L. García-Huidobro

L. García-Huidobro

Luis García-Huidobro sj. Religioso Jesuita. Colaboró varios años en Pastoral Mapuche en Chile. Actualmente se encuentra realizando una experiencia de inserción en México, dando clases en el Instituto Superior Intercultural Ayuuk y colaborando en el Servicio Jesuita a Migrantes. Su cuenta en Twitter es @luisgarciahsj.