Han pasado poco más de dos años de la catástrofe del 27 F, el terremoto y maremoto que devastó la zona centro sur del país. Más de 500 muertos, cientos de miles damnificados y todas las consecuencias que ya sabemos, se le suma las secuelas sicológicas con que quedaron un alto número de afectados, con crisis de pánico y miedo, entre otras, lo que se demuestra cada vez en que suceden fuertes réplicas, donde el susto y la desesperación se apoderan de la gente.

Es por ello, que considero una estupidez lo sucedido la semana pasada, donde varios medios de prensa, sobre todo de televisión, le dieron espacio a este grupo de “científicos” brasileños que pertenecen a la red Quake Alert.

Como también, me desespera la inoperancia de la Onemi, frente a los sismos de mayor magnitud, que más que preocuparse por la población, pareciera ser un show de marketing, para hacer creer que cumplen bien su labor.

Vamos por parte. Pero antes, dejo en claro, que me baso en fuentes serias y responsables, algunas mencionadas acá.

Me parece sumamente inapropiado, por el perjuicio que ello puede generar, que el señor Salfate dedique semanas a hablar de supuestos sismos mediana o alta envergadura que afectarán al territorio chileno, información que le entregan un grupo de investigadores, que dicen predecir los temblores y terremotos, cosa que tiene cero validez para los expertos en sismología y oceanografía chilena, y a título personal, solo representa la información “chanta” de un grupo de personajes, que solo busca figuración y facturar en medios de prensa en Chile.

En el hecho practico, es cierto que un par de ellos, han coincido con la realidad, pero para los expertos, es solo coincidencia, cosa comprobada en la cantidad de veces en que no han acertado.

La imbecilidad de éstos, y peor aún, la de los medios de prensa que les le dan tribuna a este grupo de “genios”, caen en una grave irresponsabilidad, que es la de crear un pánico generalizado en los chilenos, que como expliqué al principio, agudiza más la situación a la población afectada tras el 27 F.

Sus teorías poco me importan y ni siquiera me nace explicarlas en este artículo, a pesar de que me di la lata de leerlas para informarme, sobre lo ridículas que son.

No sé dónde quedó la ética periodística de estos medios de comunicación, cuyo mayor ejemplo, fue el canal de televisión La Red, que durante una semana se dedicó a comentar y a avalar “las teorías de la nada” de irresponsables charlatanes, que sólo siembra el temor y el miedo, a una población atemorizada por los movimientos telúricos.

Aplicando la teoría del achunte, cualquier persona, puede decir que tal día puede ocurrir un sismo, siendo que el grado de posibilidad de que ocurra un temblor, en el país más sísmico del mundo, es muy amplio.

Como medios de comunicación, su función es transmitir un mensaje de tranquilidad y de ayuda a la gente, y no, el de generar un efecto negativo y de stress en la sociedad. Pero el objetivo principal en la televisión, es obtener rating, aunque sea a costa de una programación irresponsable cuyo contenido, en este caso, ha demostrado tener cero validez.

Hay sismólogos chilenos, como Sergio Barrientos, quien dirige (valga la redundancia) el Instituto de Sismología de la Universidad de Chile, principal organismo de estudio de esta ciencia en el país, Mario Pardo de la misma casa de estudios, o Marcelo Lagos, geólogo y académico de la Universidad Católica de Chile, que han reiterado una y otra vez, de que no hay forma científica de poder predecir un sismo, sino más bien los estudios se concentran en las zonas del país que están más propensas a un terremoto, validados por la escasa liberación de energía en muchos años, lo que se conoce también como “silencio sísmico”.

Estos científicos coinciden, que la labor social de ellos es la de sensibilizar a las autoridades y a la población ante un eventual sismo, como una forma de estar preparados frente a un evento natural como éste. Y, son ellos mismos, los que han desacreditado a los inspirados investigadores brasileños.

Pasando a otro tema, quisiera referirme, a la Oficina nacional de Emergencia, Onemi, la cual sigue haciendo un papelón frente a los últimos sismos de mayor magnitud, ocurridos en las últimas semanas en la zona centro y sur del país.

Por supuesto, las desavenencias con el SHOA, siguen siendo parte del circo. Mientras el primero descarta alerta de tsunami, la ONEMI decreta evacuación preventiva. Esto ocurrió el pasado 25 de marzo, un 6,8 Richter frente a Constitución y el martes 17 de abril, frente a la costa de Valparaíso, con una magnitud de 6,3 º Richter.

Parece que el organismo de emergencia en 2 años, aún no aprende la lección. Para hacer una evacuación preventiva, el movimiento telúrico debe ser por sobre los 7 Richter, con epicentro en el Mar. Incluso, el oceanógrafo y físico, Alfonso Campusano, estima que un sismo de 7,5º R hacia arriba, debe ser causal de preocupación.

Es por ello, que los sismólogos chilenos, criticaron abiertamente el accionar de la Onemi en ambos eventos. El llamado a evacuar en los dos sismos, fueron desatinados e irresponsables, incluso provocaron la muerte de tres personas, presas del pánico, que tenían deficiencias cardiacas.

Para mí, estos llamados de la Onemi representan un acto circense cuyo objetivo es hacer creer a la población de que su labor es destacable. El organismo sigue trabajando en base a supuestos, absolutamente desincronizado con el SHOA, lo que transforma esto en una comedia de errores y de irresponsabilidades, que deben asumir y dar la cara frente a una ciudadanía, que no les cree.

La gente que sube a los cerros, no es precisamente por la determinación de la Onemi, sino que por decisión propia, ante el temor que les provoca un sismo de mediana alta magnitud, donde no quieren que les vuelva a ocurrir lo mismo que el 27 F.

Por supuesto, solo en Chile le damos una semana de parafernalia a los señores de Quake Alert, y a la vez, tenemos un organismo de emergencia, la ONEMI (Valga la redundancia), que actúa bajo la improvisación y una ineficacia que perdura en el tiempo.

Víctor Huidobro es periodista. Vive en Santiago y escribe regularmente en su blog, El Nada Serio. Tiene su cuenta de Twitter en @elnadaserio