El miedo a no rendir en la sexualidad es uno de los grandes fantasmas en gran parte de la población masculina. Los tiempos han cambiado y el placer femenino ha cobrado relevancia, con lo cual algunos hombres se sienten intimidados y exigidos.

Por otro lado, el porno les hace un flaco favor, mostrando en su mayoría encuentros coito-céntricos, en donde el personaje masculino debiera tener un determinado tamaño de pene, con una erección máxima y manteniendo el control de la eyaculación por largos períodos, hasta que su pareja logre conseguir un orgasmo coital y además manifestando expresiones de placer en forma verbal, con contorsiones corporales exageradas.

Frente a ese escenario, se genera como respuesta “el temor a no rendir”, a no poder controlar la eyaculación, y a no lograr la erección o no poder mantenerla y no satisfacer a la pareja.

Un estudio realizado por el Centro Miintimidad -especializado en disfunciones sexuales- aplicado a 113 hombres con edad promedio de 37 años y en su mayoría con pareja estable, el 45% de ellos reconoció tener siempre miedo a no rendir, 54% a veces y el 1% nunca.

En el ítem Inseguridad frente a la sexualidad, el 40% hombres siempre siente inseguridad, el 56% a veces y el 4% nunca. En cuanto a la ansiedad frente a los encuentros sexuales, el 43% siempre tiene ansiedad, el 48% a veces y el 9% nunca.

En tanto, el 8% de los hombres siempre evita los encuentros sexuales por miedo a no rendir, el 58% a veces y el 34% nunca.

La directora de Centro Miintimidad y experta en disfunciones sexuales, Odette Freundlich, relató que algunas frases emitidas por pacientes son: “Prefiero hacerme el loco a pasar vergüenza”, “me siento poco hombre”, “no logro satisfacer a mi pareja”, “no tengo control sobre mi sexualidad”, “estoy de lo mejor y se me baja”, “no alcanzo a llegar al final” y “eyaculo mucho antes de lo deseado”.

“Afortunadamente, la población masculina se está atreviendo a pedir ayuda experta, buscando una solución seria para tratar sus dificultades en el ámbito de la sexualidad. Las consultas más frecuentes de disfunciones sexuales masculinas son por eyaculación precoz, dificultad para lograr o mantener la erección”, afirma Freundlich.

Es ideal, según indica la especialista, que los tratamientos sean realizados por un equipo multidisciplinario abordando el aspecto orgánico, físico y emocional o psicológico, mirando a las personas integralmente, incluyendo los factores relacionales, sociales, culturales, ambientales, individuales, historias de vida sexual, entre otros.

“El enfoque de tratamiento debiera estar focalizado en desaprender lo mal aprendido, resetear la sexualidad, aprender técnicas de manejo de ansiedad, empoderamiento, auto conocimiento en sexualidad, psicoeducación, modulación de la excitación sexual, entre otras cosas”, manifiesta Odette.