Como en cada grupo de trabajo, existen distintos tipos de jefes: empáticos, serios, exigentes, buenos y malo. Uno de ellos, también es quien realiza el liderazgo tóxico, contrario a las características que la cabeza de un equipo debe tener. ¿Cómo reconocerlo?

Ser un líder en 2023 es mucho más que tener un cargo de poder y de toma de decisiones en una empresa. Es contar con la capacidad y las habilidades suficientes para influir positivamente en un equipo, independiente de su magnitud, para lograr que las cosas ocurran, todo lo contrario al llamado liderazgo tóxico.

Por otro lado, ser la cabeza de un grupo también es entender un principio básico: un líder influye tanto o más en su equipo, con su comportamiento, decisiones y acciones que con lo que verbaliza.

¿Qué es un liderazgo tóxico?

Todas las empresas, independiente de su tamaño, tienen grupos de trabajo que, generalmente, son encabezados por alguien de mayor cargo. Sin embargo, tener este rol conlleva no realizar malas prácticas específicas, como la del liderazgo tóxico.

Pero, ¿Qué significa esto? De acuerdo al director regional de Shinka Management, Gustavo Norambuena, son varios los factores de esta actitud que se pueden enumerar.

“El liderazgo tóxico puede estar relacionado a no ser objetivo en las evaluaciones y reconocimiento de tu equipo, tomar decisiones basadas en elementos subjetivos más que en datos objetivos, no hacer reconocimiento al equipo, sino solo felicitar de manera individual”, aclara.

Por otro lado, el profesional asegura que también se trata de no reconocer el aporte del equipo, no dar espacio para que quienes trabajen con él se desarrollen, expresen o se equivoque.

“Tomar decisiones en contra del propósito acordado o que vayan en contra de los valores que se promueven. No preocuparse de tener un buen ambiente laboral”, añadió.

¿Cómo debería ser un buen líder?

La premisa principal para evitar el liderazgo tóxico, es que este influye más en cómo se comporta que en lo que dice, asegura Gustavo, quien entregó algunos ejemplos.

“Si le estás pidiendo a tu equipo que respete los plazos que sea puntual, y como líder llegas tarde a una reunión, no llegas, o la alargas más de lo programado, tú no estás cumpliendo. Le estás abriendo la puerta a un comportamiento no deseado de tu equipo”, aseguró.

“Todo lo anterior se aborda desde el concepto de sombra del líder. Esto es la estela, que, como líder, vas dejando de acuerdo a tus comportamientos y decisiones”, aclaró como diferencia a un liderazgo tóxico.

“Hoy el líder debe preocuparse de su gente en dos aspectos, por un lado, la seguridad física (acciones que prevengan accidentes laborales) y la seguridad emocional o psicológica de sus colaboradores”.

Empatía, confianza y voz: claves contra el liderazgo tóxico

En esa línea aclaró que quien es cabeza de un grupo debe generar un ambiente que propicie que su equipo pueda expresar su opinión, dar ideas y que las personas se sientan con la confianza y la seguridad para poder expresar lo que piensan y sienten.

Por ejemplo, el especialista, agrega que el líder debe tener la capacidad de reconocer que, si una persona de su equipo durmió mal porque tiene un hijo enfermo, no va a rendir de la misma forma al día siguiente, por lo que debo tener una preocupación especial.

“El liderazgo actual no es uno masivo, como se entendía antes, sino uno one on one, (uno a uno) ya que es necesario estar en contacto con cada una de las personas que conforman tu equipo”.

Y, de esta forma, se va generando empatía, comunicación, entendimiento, lo que a la vez impacta de manera positiva el clima laboral y la producción”, agrega Gustavo.