Puede que en más de alguna ocasión hayas notado que tus prendas siguen con mal olor después del lavado. Eso se debe principalmente a la acumulación de sudor o bacterias en los tejidos.

Se trata un efecto denominado como “permasmell” (olor permanente), el cual también puede ser consecuencia de un mal proceso de limpieza.

“Los olores que se encuentran en los textiles son causados ​​por el cuerpo de las personas o su entorno”, explica Katie Brown, propietaria de Rytina Fine Cleaners, empresa especializada en limpieza, a la revista de consejos Well and Good.

En este contexto, debes considerar que el olor corporal es el resultado de la transpiración que se encuentra con las bacterias de tu piel y luego se absorbe en las fibras de la ropa.

Sin embargo, también existen otros factores que pueden provocar ese efecto indeseado. “Saltear ajo o estar cerca de una chimenea humeante, son ejemplos de olores ambientales que se absorben en los tejidos. Una vez que eso sucede, se produce un vínculo difícil de revertir”, advierte la experta.

Tejidos más propensos

Una investigación de la Universidad de Alberta de Canadá, analizó cómo interactúan los fibras y el cuerpo humano. De ese modo clasificó los tejidos más propensos al permasmell.

La investigadora Rachel McQueen concluyó que el algodón y la lana absorben el sudor líquido, convirtiéndola en una buena opción para prevenir el olor permanente, según destaca el diario electrónico El País.

Las fibras naturales hechas de algodón son las más sencillas de lavar, ya que liberan sustancias olorosas más fácilmente durante el proceso de limpieza”, complementa Brown.

Por otra parte, las fibras sintéticas como el poliéster, repelen el sudor, lo que fomenta la intensidad del mal olor en las prendas. De ese modo las moléculas que desprende la piel se fijan en el tejido y se van acumulando cada vez que usas la ropa.

El poliéster, una fibra a base de aceite, es muy probable que retenga los malos olores. Al igual que la ropa de ejercicio que suele estar hecha de fibras sintéticas. Nuestra transpiración se absorbe en esos tejidos y con el tiempo es difícil de eliminar“, advierte la experta.

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Consejos a la hora del lavado

Tomando en cuenta esas características, es necesario dar vuelta la ropa a la hora de lavarla y tratar previamente áreas como las axilas. Otro buen consejo, es meterlas por separado a la lavadora.

“Es necesario lavar de acuerdo a las especificaciones de la etiqueta y mantener una limpieza frecuente para prevenir la acumulación de olores”, aconseja Brown. “Cuanto más uses una prenda, es más probable que su sufra daños permanentes por olores”, detalla.

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Otra opción efectiva son los purificadores de aire en spray. “El ozono toma oxígeno y le da una carga eléctrica que cuando golpea las moléculas del contaminante, elimina los olores. Idealmente, es mejor encontrar una tintorería profesional que pueda hacer ese trabajo por ti”, aconseja.

La temperatura es primordial

“Para eliminar el olor necesitamos lavar a una temperatura superior a los 30ºC, la cual se recomiendan para el poliéster”, precisa María Carmen López Soler, autora del libro “Manual de Tejidos”. “Por tanto, habrá que lavarlas muy a menudo”, detalla al diario El País.

Sin embargo, también debes tener en cuenta que lavar la ropa con demasiada frecuencia degrada los tejidos y acorta la vida de las prendas. Esto sin mencionar el daño que genera en el medio ambiente.