Hace algunos días, las redes sociales se llenaron de mensajes de vegetarianos y veganos advirtiendo que no deberíamos comer higos, mientras otros usuarios los acusaban de extremistas y conspiranoicos.

Según explicaban, los higos no son “veganos” porque fomentan el sufrimiento de miles de avispas.

El mensaje -que se difundió ampliamente por internet- señalaba que los higos tienen polen en su interior y las avispas depositan allí sus larvas cuando lo polinizan. “La avispa entra en el higo macho (que no se come) y deja las larvas dentro, sin embargo, al entrar, se rompen sus alas y sus antenas, por lo que no puede escapar y está condenada a morir dentro”, indicaba la publicación.

En este sentido, decían que consumir higos “fomenta que se cultiven más y, por tanto, que este proceso tan doloroso se repita más y más veces, aunque las avispas no sean obligadas directamente por el ser humano […] si se cultivan higueras es inevitable que lo hagan”.

Además, insinuaban que podemos llegar a comer avispas cuando ingerimos el fruto, porque algunas veces el insecto entra en los higos hembra (los comestibles) y se descompone hasta hacerse parte del fruto.

Así incluso lo afirmó el tabloide británico Mirror, en un artículo titulado “La desagradable razón por la que los vegetarianos no deberían comer higos”, donde indicaban que “cuando una avispa poliniza un higo, a menudo se queda atascado en el interior. Los higos comestibles siempre tienen al menos una avispa hembra muerta atrapada dentro. Pero tú no la encontrarás porque su cadáver se convierte en proteína y se hace parte de la fruta”.

Mariano Sánchez, conservador del Real Jardín Botánico de Madrid, explicó al portal Verne -perteneciente al diario español El País- que efectivamente existe una relación entre las avispas y las higueras. Sin embargo, aclara que no se produce un daño al insecto.

“Es una simbiosis y, por tanto, no perjudica a la avispa. El insecto necesita a la higuera para procrear y, a su vez, la higuera necesita a la avispa para lo mismo“, afirma.

Por otro lado, Sánchez confirma que las higueras hechas para consumo masivo no necesitan de este proceso. “Las higueras que se cultivan para consumo no dependen de la polinización. Se cultivan de forma asexual utilizando injertos o enraizados”, comenta.

Asimismo, Sánchez dice que NO comemos avispas cuando consumimos higos, porque los frutos que se ingieren son hembras, los que suelen ser evitados por las avispas. “Puede ocurrir que una avispa entre en un higo hembra, pero la probabilidad de que ocurra es baja“, señala, explicando que en éstos el insecto no puede reproducirse.

Además, ni aunque esto pasara nos comemos a la avispa, porque “si entra en el fruto, se descompone por completo y el higo se alimenta de ella”.

“Comer higos no significa comer insectos ni nada que se le parezca. Es igual que ocurre con la absorción de nutrientes en el suelo de las plantas. Sería como decir que si un conejo muere, se descompone en el suelo y una planta lo absorbe, estamos comiendo conejo si nos comemos la planta”, ejemplifica.