VER RESUMEN

Resumen generado con Inteligencia Artificial y revisado por el autor de este artículo.
Herramienta desarrollada por BioBioChile

Una mujer, identificada como Sandrine Pissarra, enfrenta la cadena perpetua en un juicio en Montpellier, Francia, por la muerte de su hija de 13 años, Amandine, a quien presuntamente privó de alimentos causando su fallecimiento por desnutrición extrema en agosto de 2020. La menor pesaba solo 28 kilos y presentaba signos de maltrato.

Un tribunal de Francia inició este lunes el juicio contra una mujer, quien está acusada de haber matado de hambre a su hija de 13 años en 2020.

La involucrada, llamada Sandrine Pissarra, no alimentó apropiadamente a la menor de edad por un tiempo prolongado. La afectada llegó a pesar 28 kilos.

La mujer se enfrenta a la cadena perpetua por “actos de tortura” y “barbarie” en el juicio que se celebra en Montpellier, en el sur de Francia. El veredicto se espera para el viernes de esta semana.

El juicio contra Sandrine Pissarra

Los hechos remontan al 6 de agosto de 2020 cuando la pequeña Amandine falleció de un paro cardíaco en el domicilio familiar en Montblanc. Entonces medía 1,55 metros y pesaba 28 kilos.

Según el informe de los forenses, el fallecimiento se debió a un estado “caquéctico”, de extrema desnutrición, asociado a una septicemia y a un posible síndrome de realimentación.

Asimismo, la adolescente también había perdido varios dientes y tenía parte del pelo arrancado.

En ese entonces la madre explicó que la pequeña sufría un trastorno alimentario, algo que nadie confirmó durante los años de investigación.

La mujer, que tuvo ocho hijos de tres relaciones diferentes, aseguró que el día de su muerte su hija sólo aceptó tragar un terrón de azúcar, un poco de compota y una bebida rica en proteínas, antes de empezar a vomitar y luego dejar de respirar.

A la aludida, en prisión preventiva desde mayo de 2021, también se la acusa de violencia voluntaria contra Amandine durante los seis años precedentes.

Su pareja desde 2016, Jean-Michel Cros, de 49 años, se enfrenta por su parte a hasta 30 años de prisión por “privar a su hijastra de cuidados o alimentos” y no haber hecho nada para “salvarla de una muerte segura”.

Desde muy pequeña, Amandine era el blanco de su madre, que la privaba de alimentos, le infligía interminables “castigos de escritura” y la encerraba en un trastero, vigilada por cámaras.

Según el informe psiquiátrico, Sandrine Pissarra, cuyo entorno la describe como una personas colérica y violenta, pudo “trasponer el odio” hacia el padre de Amandine en el cuerpo de su hija.

“Tenemos una pequeña momia de 13 años que vivió un infierno. Me gustaría saber por qué pusieron en práctica este escenario realmente diabólico”, declaró antes de la audiencia Luc Abratckiewicz, abogado del padre de la víctima, Frédéric Flores.

Los hechos más graves tuvieron lugar a partir de marzo de 2020 durante el primer confinamiento por covid en Francia, cuando la adolescente dejó de ir a la escuela.

Ante esto, cuatro asociaciones de protección de la infancia se constituyeron. Pese a haber varios señalamientos, incluso ante un juez de menores, no se adoptó ninguna medida.

“Este juicio permitirá conocer las acusaciones que se le imputan, que rozan lo insoportable”, pero también descubrir “actitudes que corresponden con el comportamiento que se espera de una madre”, dijo Jean-Marc Darrigade, abogado de la acusada.