“Isla del Hombre Muerto”, así fue el nombre que recibió un misterioso y pantanoso lugar ubicado al sureste de Inglaterra, en el cual se encontraron múltiples restos humanos y cuyo paso se encuentra prohibido para visitantes.

Luego de años de investigación, lograron concluir que dichas osamentas pertenecían a presos que sucumbieron debido a las enfermedades que afectaron a la población hace casi 200 años, como fue la cólera, según detalla La Nación.

La “creación” de esta especie de cementerio habría ocurrido luego de que el gobierno británico decidiera trasladar a sus presos a cárceles en otros territorios donde tenían colonias, viajando en barcos. Pero antes de llegar a destino, eran ubicados en especies de cárceles flotantes, en las cuales muchos se contagiaban de diversas enfermedades por las escasas condiciones de salubridad.

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Así, las autoridades de la época comenzaron a enterrar los cadáveres de los enfermos de cólera en dicho pantano, en ataúdes de madera sin identificar y evitando de esta manera que existiera una epidemia de la enfermedad.

Isla de los Muertos en la actualidad

Este centro de restos humanos está bajo el cuidado y propiedad de Natural England, una entidad gubernamental que se encarga de proteger la flora y fauna de Inglaterra, debido a que esta zona es hábitat de muchas especies de aves nativas.

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Sin embargo, luego de años, la erosión de la tierra y la fuerza del mar hicieron que la madera de los ataúdes comenzara a desaparecer, dejando libres los cadáveres de cientos de personas que no sobrevivieron a las temidas enfermedades que aquejaban a la población durante los siglos XVIII y XIX.

Sam Supple, investigador, manifestó a The Sun que “es como estar en el set de una película de terror. Parece tan surrealista, es como si un departamento de arte lo hubiera diseñado; hay ataúdes abiertos y huesos por todas partes”.

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De acuerdo a diversos estudios, los presos que yacen en la superficie de este pantano sería hombres condenados a muertes por delitos menores como robo, a quienes se planeaba trasladar a otros lugares para así evitar un colapso en las cárceles de Inglaterra.

El historiador Eric Grove señaló al medio antes citado que “muchos delitos conllevan la pena de muerte, pero como una forma de ser humano y también de habitar las colonias, se decidió que sería bueno transportar a los convictos”.

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“Pero tendía a pensar que si las personas no se consideraban lo suficientemente saludables como para emprender el viaje a Australia (una de las colonias británicas de la época), se quedarían en las cárceles flotantes”, agrega el experto.

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Así, esta fosa de casi 200 años alberga cientos de historias de personas que no lograron sobrevivir a mortales enfermedades, pero evitar así una epidemia que pudo cobrar muchas más vidas como ha pasado en otros episodios de la historia.