La Araucaria (Araucaria araucana), conocida también como Pehuén, es un árbol chileno que crece casi exclusivamente en zonas cordilleranas, y que puede llegar a vivir entre 500 y 1.000 años.

En nuestro país fue declarada Monumento Natural, por lo que está prohibida su tala en todo el territorio nacional.

Y aunque en Chile solemos hablar de Araucaria, en otros países es conocida con otros nombres, los que pueden llegar a ser sumamente curiosos.

Es lo que ocurre en lugares como Francia e Inglaterra, en donde han sido rebautizados de manera bastante particulares.

Así lo explican desde la organización de conservación internacional WWF Chile, quienes sostienen que si bien en Chile no hay monos -tenemos el monito del monte (Dromiciops gliroides), aunque no es un primate, sino que un marsupial-, hay una historia que vincula a la Araucanía andina, los exóticos y pomposos jardines victorianos y, justamente, los monos.

Vista de una araucaria con la Cordillera de Los Andes de fondo, en el Cerro San Cristóbal | Hans Scott | Agencia UNO
Vista de una araucaria con la Cordillera de Los Andes de fondo, en el Cerro San Cristóbal | Hans Scott | Agencia UNO

“Todo habría partido por allá por 1850, cuando sir William Molesworth plantó una araucaria en su jardín de Pencarrow House, Inglaterra. Durante una cena, a uno de sus invitados le llamó la atención la imbricada disposición de las ramas y hojas de este árbol, comentando que incluso podrían confundir a un mono trepador”, cuentan desde WWF Chile.

“Hasta ese entonces esta especie era conocida como pino chileno (Chilean pine), pero se dice que tras el episodio en casa de Molesworth, comenzó a ser llamada “Monkey puzzle tree” (“árbol del acertijo para monos” o “rompecabezas de mono”), nombre con el que hasta hoy se le conoce popularmente en inglés”, agregan.

De hecho, diversos artículos de medios británicos, como The Guardian, se refieren a la araucaria con este nombre.

Captura | The Guardian
Captura | The Guardian

Si bien no se trataba de árboles comunes en Inglaterra, la araucaria había llegado a Europa ya en 1795, cuando el cirujano del Discovery, y también naturalista, Archibald Menzies, llevó plantas al viejo continente.

Se cuenta que le sirvieron piñones de postre (¿crudos?) durante un banquete en Valparaíso y, en lugar de comérselos, los guardó en el bolsillo y logró hacerlos germinar en Inglaterra.

Esta es la historia más aceptada respecto al origen del nombre, poco afortunado para muchos, de “Monkey puzzle tree”, que en francés tiene un símil incluso más cuestionable: “désespoir des singes”(¡desesperación de monos!).