Chile está en un camino crucial hacia la igualdad de género. La vía legislativa se presenta como la opción más viable en este momento, cuando las políticas públicas no han logrado los cambios necesarios.

En estos dos últimos años, Chile ha dado pasos significativos en la lucha por la igualdad de género, un compromiso reflejado en la aprobación de tres leyes clave: la Ley por una Vida Libre de Violencias, la Ley 21.643 o Ley Karin, y la Ley de 40 Horas.

Estas legislaciones no solo representan avances legales, sino que también marcan un cambio cultural y social crucial en la búsqueda de una sociedad más justa y equitativa. Aprender algunas lecciones europeas nos refuerzan que vamos por el camino correcto.

Chile y Europa: Una Brecha Histórica

Durante años, Chile ha estado rezagado en términos de igualdad de género en comparación con Europa. Mientras que países europeos como Suecia, Noruega y Alemania han implementado políticas robustas y efectivas para promover la igualdad de género, Chile ha luchado contra barreras culturales y sociales profundamente arraigadas. Europa ha sido pionera en establecer estándares internacionales que sirven como referencia global en términos de derechos y protección de género, comenzó firmemente por reformas legales.

Ley por una Vida Libre de Violencias

La Ley por una Vida Libre de Violencias es un hito en la legislación chilena. Esta ley busca proporcionar un marco integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. Después de 30 años, Chile finalmente ha logrado el estándar interamericano de la Convención de Belém do Pará, mostrando que somos una sociedad que se mueve lentamente en los temas de género.

En comparación, muchos países europeos han adoptado leyes similares hace años, lo que ha permitido una reducción significativa en los casos de violencia de género y un mayor apoyo a las víctimas. Por ejemplo, España implementó en 2004 una ley integral contra la violencia de género, que ha sido reconocida internacionalmente por su efectividad.

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Ley 21.643 o Ley Karin

La Ley Karin, enfocada en la prevención, investigación y sanción del acoso laboral, acoso sexual o violencia en el trabajo, es otro paso crucial. Esta ley modifica el Código del Trabajo y otros cuerpos legales para asegurar que se tomen medidas efectivas contra estos tipos de abuso en el lugar de trabajo, incorporando además una perspectiva de género para abordar las desigualdades estructurales que afectan principalmente a las mujeres.

Esta ley tiene similitudes con las políticas europeas que aseguran un entorno laboral seguro y equitativo. Países como Islandia y Finlandia han establecido leyes que promueven la igualdad salarial y condiciones de trabajo justas, áreas en las que Chile aún necesita progresar.

Ley de 40 Horas

La Ley de 40 Horas, que reduce la jornada laboral semanal, es una medida que no solo busca mejorar la calidad de vida laboral, sino también promover una mayor equidad de género al facilitar la conciliación de la vida laboral, familiar y personal. En Europa, muchas naciones ya han adoptado jornadas laborales reducidas o flexibles, promoviendo así un mejor equilibrio entre trabajo y vida personal, y fomentando la participación equitativa de hombres y mujeres en el cuidado familiar.

Un proceso histórico y necesario

La aprobación de estas leyes en Chile refleja un momento histórico y un proceso político y social en el que es imperativo avanzar por la vía legislativa. Las políticas públicas han demostrado ser insuficientes para cambiar normas y actitudes sociales profundamente arraigadas. En contraste, la legislación tiene el poder de establecer estándares obligatorios y promover cambios estructurales en la sociedad.

Los países con los estándares más altos en igualdad de género, como Suecia, Noruega e Islandia, comenzaron por la vía legislativa debido al poder impositivo que esta tiene. Estas leyes no solo establecen normas, sino que también impulsan cambios culturales a corto plazo. Chile, en este momento, necesita este enfoque legislativo para avanzar hacia una sociedad más equitativa.

En conclusión, Chile está en un camino crucial hacia la igualdad de género. La vía legislativa se presenta como la opción más viable en este momento, cuando las políticas públicas no han logrado los cambios necesarios. Es un proceso que requiere el compromiso y la colaboración de todos los sectores de la sociedad para construir un futuro más equitativo y justo para todas las personas.

Estos avances legales no solo acercan a Chile a los estándares internacionales, sino que también marcan un punto de inflexión en la lucha por la igualdad de género, demostrando que, aunque el camino sea largo, el progreso es posible y necesario. La “legislatitis de género” en Chile es un síntoma de un cambio profundo y necesario, que debe ser celebrado y apoyado por toda sociedad, sin mezquindades políticas.