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En Iquique, fiscalizadores del Servicio Nacional de Aduanas rescataron un loro de máscara roja, especie protegida por la Cites, que era contrabandeada por un ciudadano venezolano en un bus hacia Santiago. Tras detectar la jaula escondida en una manta, el pasajero no pudo justificar la propiedad del ave ni su ingreso regular a Chile, por lo que fue acusado por contrabando. El ave, que se encontraba en estado de letargo, fue alimentada y cuidada por los fiscalizadores antes de ser entregada al SAG para definir su destino y resguardo.

En el norte del país, un loro de máscara roja fue rescatado por fiscalizadores del Servicio Nacional de Aduanas en la avanzada El Loa, en Iquique, región de Tarapacá.

La especie está protegida por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) y era transportada como contrabando por un ciudadano venezolano.

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El director regional de la Aduana de Iquique, Cristian Molina Silva, señaló que la detección se registró durante el control a los pasajeros de un bus interprovincial que salió desde Iquique con destino a Santiago.

Al momento de la inspección, un pasajero que portaba una abultada manta trató de eludir la máquina de Rayos X, por lo cual se le revisó el textil y se comprobó que en su interior escondía una pequeña jaula con el loro.

Al ser consultado, el ciudadano extranjero señaló que el loro era su mascota, pero no logró acreditar algún documento veterinario o trazabilidad que diera cuenta de la propiedad, así como tampoco de su ingreso regular a Chile. En virtud de lo anterior, sumado a un estado de letargo del ave, se le acusó por contrabando.

Los fiscalizadores habilitaron una jaula especial para el loro y le dieron alimentos y agua. Tras comer y descansar, el ave se mostró alegre y juguetona.

El loro de máscara roja es nativo de la selva de Ecuador y Perú. Debido a su caza y explotación, está en el Apéndice II de Cites donde figuran especies que no están necesariamente amenazadas de extinción, pero que podrían llegar a estarlo a menos que se controle estrictamente su comercio.

Una vez realizada la detección, se informó de los hechos a la policía y el fiscal de turno. Por su parte, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) retiró el ave para definir su destino y resguardo.

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