Líderes de todos los partidos interpretan los resultados de las elecciones polacas del domingo pasado en términos de victoria o fracaso para sus respectivas formaciones, pero solo Szymon Holownia puede celebrar su éxito como un genuino logro personal.
El partido Polonia 2050, que este experiodista de 47 años fundó hace solo dos años y medio, está edificado en torno a su figura y, hasta los comicios del pasado día 15, sus únicos diputados eran tránsfugas que provenían de otros partidos. Ahora tiene 31, es la tercera fuerza política del país y hoy, al paso de los días, se perfila como el auténtico ganador.
Hołownia tiene un colorido pasado profesional: ha pasado por las redacciones de los principales periódicos y revistas de Polonia, ha hecho de juez en un programa de talentos de la televisión, presentó un programa de “entrevistas éticas” de inspiración católica, ha hecho radio y sostiene misiones benéficas en 6 países.
En diciembre de 2019 Holownia anunció su candidatura a las elecciones presidenciales de 2020, con un modesto acto de presentación en el Teatro Shakespeare de Gdansk. Nadie apostaba por él.
Con un ejército de voluntarios y brillantes apariciones en los medios, consiguió ser el tercer candidato más votado y el insospechado éxito le llevó a fundar Polonia 2050, “un instrumento para construir una Polonia democrática, verde, diversa, solidaria y económica, para cambiar el país durante generaciones y no, como hasta ahora, durante un mandato”.
Alterna la publicación de decenas de libros con iniciativas sociales, como su voluntariado como paramédico y una campaña de donaciones para que pudiese seguir activo el teléfono de emergencia de ayuda a niños que el Gobierno dejó de financiar.
Propuestas como bajar la edad mínima para votar hasta los 16 años o el uso de una aplicación para el teléfono móvil que permita a los ciudadanos votar instantáneamente a favor o en contra de propuestas del Gobierno muestran una visión de la política muy diferente a la tradicional.
Además, Holownia ha gozado de la ventaja que da una baja exposición al fragor de los debates políticos diarios, al no haberse visto obligado a implicarse en los juegos de poder y, si bien su falta de bagaje ejecutivo puede arrojar incógnitas sobre sus capacidades, ha sabido rodearse de un equipo reducido pero competente de personas con más experiencia.
Su programa político, reflejo de sus convicciones personales, tiene un claro sesgo católico (ingresó como novicio dos veces) y defiende el ecologismo, la participación social y el patriotismo sin estridencias (está casado con una piloto de la Fuerza Aérea).
En cuanto a lo económico, se le suponen inclinaciones liberales con un tinte social, y es precisamente esa falta de alineación con un paquete ideológico lo que le ha permitido expandir su base electoral.
Con el éxito electoral de Polonia 2050, Holownia se ha convertido en el facilitador de un posible Gobierno de alianza de la oposición, pero todo indica que, en lugar de reclamar un puesto ejecutivo, reclamará el prestigioso puesto de presidente del Parlamento, que no desgastaría su imagen y le colocaría en la posición ideal para volver a postularse como candidato en las presidenciales de 2025.