Esta semana se estrena en cines de Chile la película "El Exorcismo de Dios", que había sido lanzada previamente en salas selectas de EE.UU y algunas plataformas de streaming.

El próximo jueves 24 de noviembre se estrena en Chile El exorcismo de Dios, una película de terror coproducida por Estados Unidos, México y Venezuela, y que trae consigo una interesante propuesta que invierte roles y refresca el género.

La trama inserta aspectos propios de Latinoamérica como el catolicismo y la fe que se ve principalmente en las zonas más rurales de la región. Así mismo expone un interesante juego cultural al incluir actores de habla hispana e inglesa que interactúan a pesar de las barreras del idioma.

Si bien la producción se estrenó en 2021 en cines selectos de EE.UU y algunas plataformas de streaming, este año llega a Chile por primera vez en la gran pantalla, buscando conectar con el público latino.

La historia aborda la tormentosa vida del cura Peter Williams, que en el pasado realizó un exorcismo con el que terminó severamente afectado al resultar poseído por el demonio que intentaba desterrar. Fue entonces que cometió un terrible acto cuyas consecuencias llegan 18 años después.

Todo ocurre en un pueblo rural de México llamado “En nombre de Dios”, donde radica el sacerdote, a cargo de un hospital rural donde una extraña peste mantiene a varios niños postrados.

Mientras más se contagian de la enfermedad, Williams comienza a convencerse de que aquella desgracia sería un castigo de Dios por sus pecados del pasado. Sin embargo, descubre que el demonio al que creyó vencer continúa cerca y al asecho.

El exorcismo de Dios: una propuesta diferente

Dirigida por Alenjandro Hidalgo, oriundo de Venezuela, la película usa recursos poco vistos en el género. Como por ejemplo figuras diabólicas del catolicismo y un exorcismo a la inversa donde Dios es desterrado del alma de una persona que anteriormente vivió por la fe.

En conversación con Biobio Chile, Hidalgo señala los motivos tras un exorcismo poco convencional, estos tendrían que ver además con sus propias creencias.

“Partí de la idea de que todos los humanos somo hijos de Dios y nacemos con su luz, nacemos con Dios adentro. Y expulsamos a Dios de nosotros cuando cometemos un pecado o cuando nos dejamos llevar por la tentación, hiriendo o abusando de alguien”, explica.

Así mismo, se refiere a las figuras de Cristo y la Virgen, que en la película terminan siendo representadas diabólicamente, rompiendo la concepción de recurrir a ellas como un entorno seguro dentro del catolicismo.

“Esa idea nace desde que yo era adolescente, que veía muchas películas de terror cuando estaba haciendo la comunión e iba misa; pues sentía que la iglesia era un lugar oscuro”, detalla Hidalgo.

“Me pasaba que a veces yo rezaba y me venían imagenes diabólicas de la Virgen o de Cristo. Además del terror que me causaba, también me generaba un enorme sentimiento de culpa”, agrega.

A partir de allí comenzó a maquinar la idea de la iglesia como un espacio oscuro, que finalmente deja desprotegidos a quienes se refugiaban en la fe, afectándola y generando dudas.

“Ver a Cristo en su versión corrupta y diabólica te deja desnudo, sin proteccion y a merced del diablo. Creo que es un elemento que funciona bastante bien dentro del género”, puntualiza.

Es así como a lo largo de la trama, el protagonista se ve poco a poco corrompido por su pasado y la perdida de fe, sucumbiendo finalmente a una fuerza maligna que desencadena en un “exorcismo de Dios”.

La película se convirtió en la producción venezolana más taquillera del cine con 1,6 millones de espectadores América Latina, EEUU, Rusia y Singapur. Y actualmente, se encuentra trabajando en una secuela que se espera para 2023.

“Creo que propone un tema que puede ser impactante para el género y me siento muy contento con el resultado. Me siento muy feliz porque justamente la intención era conectar con audiencias masivas e internacionales“, concluye Hidalgo.