El afectado sufrió lesiones tanto físicas como psicológicas tras una golpiza de los guardias que lo acusaron falsamente de robo. No pudo seguir trabajando y tuvo que someterse a un tratamiento de salud mental. La justicia determinó que el supermercado tendrá que pagarle una indemnización.

El hecho ocurrió en 2015, en una sucursal del supermercado Tottus ubicada en la comuna de Las Condes, pero la resolución de este caso -que llegó hasta la justicia- se conoció esta semana.

Un cliente acudió al supermercado para comprar productos que luego pagó en la caja. Al retirarse, fue interceptado por los guardias, quienes lo acusaron de tener escondidos entre sus ropas otros productos.

El hombre accedió a mostrar a los guardias sus vestimentas, para demostrarles que la acusación era infundada, según se relató en el fallo.

Sin embargo, la situación derivó en un pleito, con los guardias procediendo a golpear al cliente con puños y con la radio de comunicaciones que portaban para su trabajo.

El afectado sufrió lesiones tanto físicas como psicológicas, que le provocaron que incluso no pudiera seguir trabajando y tuviera que someterse a un tratamiento de salud mental.

“Todo ello llevó a que se desarrollara una investigación criminal por parte de la Fiscal a Metropolitana Oriente, donde se formalizó a los guardias” por el delito de lesiones menos graves.

El afectado determinó tomar más acciones legales, y en el marco de este caso la Corte de Apelaciones de Santiago confirmó una sentencia y condenó a la empresa Hipermercados Tottus S.A, a pagarle una indemnización de $8.000.000 por concepto de daño moral.

“Que, de conformidad a los hechos probados en la causa, es dable establecer certeramente que el actor ha visto mancillado su honor y honra, toda vez que se le imputó haber sustraído especies desde el local comercial, lo que no se verificó, fue una imputación falsa; y no solo eso, sino que peor aún, los guardias propinaron golpes, ocasionándole lesiones leves”, indicó el fallo.

Se probó, asimismo, que el demandante fue parte del programa de asistencia a víctimas, por lo que se acreditó que padeció afecciones psicológicas que debieron ser atendidas.