Claudia Lillo, la joven artista chilena detrás de Qloud, regresó al país para encausar su primer álbum luego de estudiar producción musical en Los Angeles, EE.UU.

Tras dos años de estadía en Los Angeles, Estados Unidos, la cantante y productora chilena Qloud retorna al país con no pocas experiencias bajo el brazo.

Luego de concluir cursos de producción musical en la academia Icon Collective, la viñamarina ahora se enfoca en un nuevo gran desafío: la publicación de su primer álbum tras una laureada estela de singles y un sorpresivo EP, “El mundo índigo” (2020).

“No me veía a mí misma estudiando música clásica o un instrumento. Cuando comencé a estudiar producción, fue como encontrar un camino para materializar un sueño que tenía”, comenta a BioBioChile Claudia Lillo, nombre real de la artista que también registra un paso por la carrera de Publicidad.

Con Björk y otras artistas femeninas como referentes, la joven inició su incipiente ruta como productora a fines de la década pasada, cuando aún era estudiante. Parte de esas incursiones se pueden escuchar en “El mundo índigo”, EP publicado por el sello femenino T3mplum, donde dio sus primeros pasos.

Por ahora, su plan es publicar el primer álbum, que ya está casi listo. “Son 12 canciones. Es mi primer LP y siento que me representa mucho mejor que El Mundo índigo. Esto es mucho más maduro, con las herramientas necesarias para hacer lo que quiero. Tengo más conocimiento de mi propia voz, porque una cosa es cantar y otra componer para tu propia voz”, señala.

“Ocupo mucho la voz en este LP, la ocupo para cantar pero también como instrumento”, destaca como un manifiesto. “Hay voces sampleadas, por ejemplo. Es un disco melancólico, porque lo escribí durante la pandemia, y cuando estuve en Estados Unidos. Las letras hablan de desamor y de desilusiones, pero igual tiene canciones muy movidas. Me influenció la escena electrónica de Los Angeles. En Chile, aún no están todos los géneros que uno escucha acá, entonces había mucho que para mí era nuevo”, añade.

El camino, sin embargo, no siempre ha sido favorable. En su estadía en EE.UU, la lejanía de sus seres queridos pesó notoriamente después de los primeros meses, tal como se vio reflejado en sus canciones. “Empecé a extrañar harto Chile y ahora valoro mucho más la cultura latina. Me di cuenta que no hay nada como tu cultura, y de dónde vienes. En EE.UU da lo mismo de dónde eres: todos son latinos”, reflexiona.

En términos laborales, en el ya consolidado rol de productora musical, también ha constatado la brutal brecha de género que persiste en el rubro.

“El 2.8% de los productores son mujeres”, cita desde estadísticas globales. “Para mí es un tema importante. No es una ‘causa’, pero un poco sí lo es: empoderar a más niñas que quieran ser productoras. Es muy valioso el grupo de productoras que he encontrado en este camino”, señala.

En este ítem recuerda más de algún comentario desafortunado al respecto: “Una vez un profesor me preguntó si había producido mi canción, en una tarea. Sí, le dije, pero también me han tratado de explicar cosas básicas que una, como productora, obvio que sabe. Eso da mucha lata”.

“Laboralmente, las personas a veces se van más ‘a la segura’ con un productor hombre, pero la música que me gusta a mí es más experimental, o más de nicho, entonces he colaborado con gente que es parte de ese nicho. Esta brecha, por eso, tiene un lado bueno y malo. Por un lado te discriminan, pero por otro tambien se le da valor agregado a tu trabajo por el hecho de ser mujer”.

Por ahora, entre los planes de Qloud, se avizoran presentaciones en vivo y nuevos sencillos. Entre ellos, una colaboración con Mariana Montenegro, la fundadora de Dënver, y otra con Karla Grunewaldt.