Es posible que cuando pienses en John Lennon te acuerdes de canciones como Woman, Imagine, Give Peace a Chance, Beautiful boy, Power to the people y muchas otras. Sin embargo, pocos saben que este autor británico fue un estudiante de Arte antes de convertirse en Beatle.

A través de la pluma y el papel retrató su vida cotidiana, caricaturizando a sus profesores de la academia y garabateando las ideas que pasaban por su cabeza. Todo esto en el Instituto de Arte de Liverpool (1957-1960), donde conoció a Cynthia Powell, su primera esposa, además de uno de sus mejores amigos: Stuart Sutcliffe, el “quinto Beatle”.

Sutcliffe era un artista plástico extraordinario (falleció a los 21 años producto de un derrame cerebral). Según cuenta la leyenda, Stu -como le llamaban- se convirtió en el bajista de la banda antecesora a The Beatles, The Silver Beetles, comprando su instrumento con el dinero que obtuvo vendiendo una de sus pinturas tras la sugerencia de Lennon. Como Stu era guapo, el fundador del grupo lo vio como una buena inclusión, a pesar de que no era un músico sobresaliente.

El primer autorretrato de Lennon fue vendido en 2014 en 3 millones de libras y data de 1958, el mismo año en que su madre -a quien dedicara la hermosa canción “Julia”- muriera producto de un trágico accidente de auto.

En dicho autorretrato, el famoso músico usó una técnica y estilo muy similar al de su amigo Sutcliffe en el mismo periodo. Pero Lennon no era tanto de acrílicos, óleos y telas: los materiales preferidos del artista eran papel, lápiz y tinta.

Uno de los dibujos de Lennon.

Sin embargo, el autorretrato que perduró no fue el primero, sino aquel que se utilizó en la carátula del álbum del documental John Lennon Imagine (1988), en donde redujo su cara a una nariz, cabello y sus famosos lentes.

John Lennon Imagine documental

Lennon y el futbolista

El archivo artístico de Lennon contiene dibujos firmados incluso a los 9 y 10 años, época en la que estaba interesado en personajes británicos como Robin Hood.

De su época infantil existe una anécdota que lo conecta con Chile. Para la carátula de su disco “Walls and Bridges” (1974), el ex Beatle utilizó un dibujo realizado cuando tenía tan sólo 11 años y que data de junio de 1952. La ilustración, muestra una escena de fútbol con dos jugadores usando la camiseta de Newcastle United (con líneas verticales blancas y negras), y otro vistiendo la roja de Arsenal (ambos equipos británicos).

“Walls and Bridges” (1974)

La fantástica historia detrás de esta ilustración comienza cuando Néstor Flores Fica, escritor chileno, decide investigar la vida del futbolista colocolino Eduardo Robledo y su misteriosa desaparición abordo de un barco para su libro “Ted”. Eduardo y su hermano Jorge, eran deportistas destacados y ambos jugaron para el Newcastle entre 1948 y 1953.

En su búsqueda por información, Flores encontró una fotografía que le llamó la atención: un gol protagonizado por Jorge Robledo en mayo de 1952 en la que aparecían dos jugadores del Newcastle, uno de ellos con el número 9 en su espalda.

El tercer jugador y el arquero pertenecen al Arsenal. Flores, estaba seguro de haber visto aquella imagen en algún lado y, como es fan de The Beatles, no tardó en recordar la carátula con aquel dibujo infantil fechado en junio de 1952 (sólo unos meses después de la publicación de la fotografía).

La similitud es evidente y el escritor chileno, autor de las novelas policiales “Cabeza de iguana” y “Barcelona”, explicó que Lennon debió haber visto aquella foto en la prensa y la quiso dibujar.

Según Flores, otra coincidencia es que la madre del músico vivía en el número nueve de la calle Newcastle, y tal vez eso fue lo que le llamó la atención.

Artista de un solo trazo

En sus años de estudio en la academia, John se hizo famoso por las caricaturas que hacía de sus compañeros. Cuando The Beatles fue creciendo en popularidad, el tiempo le permitía hacer uno que otro dibujo, pero nunca renunció a este modo de expresión.

Su arte floreció especialmente cuando conoció a la artista japonesa Yoko Ono, quien se convirtió en su pareja y musa. Otro periodo de explosión creativa, fue cuando tuvo a su hijo Sean, ya que Lennon usaría la gráfica para enseñarle el mundo a través de “criaturas mágicas”.

Su estilo absorbió las enseñanzas del arte japonés cuando viajó a ese país junto a Yoko en 1977, aprendiendo la técnica del Sumi Ink. Quienes practican esta corriente completan un dibujo con una sola línea, sin levantar el lápiz del papel y sin corregir. El público en general no está acostumbrada a dicha simplicidad, que parece más sencilla de lo que en verdad es.

“Tú puedes ver que el minimalismo es su mejor aspecto, la mayoría de la gente piensa que es muy simplista, pero no es tan fácil expresar cosas de manera tan sencilla como él lo hace. Es un artista muy profesional, puesto de esa manera, además de ser único también”, afirmó Yoko Ono en el contexto de una exhibición de los trabajos de Lennon en Las Vegas.

Las obras gráficas del ex Beatle contienen cuotas de humor, juegan con lo absurdo y hablan del amor y de la paz; invitan a soñar un mundo mejor y son testimonio de una mente brillante capaz de ver el mundo desde un ángulo completamente diferente, revelando un punto de vista que no era evidente.

Un ejemplo de esta mirada lúdica es el dibujo titulado “Collie Flower” (Collie = perro de la raza del famoso Lassie, flower = flor), que es un juego de palabras con “coliflower” (coliflor), consistente en una planta con la cara camuflada de un can en sus pétalos.

Su amor por Yoko lo expresó numerosas veces y en muchas de esas representaciones ambos aparecían fundidos en uno solo, en un trazo que pierde los límites y los confunde.

Es el caso de “Jok and Yono”, donde no sólo queda claro lo compenetrado que se sentía con Yoko, sino también se observa el sentido de humor con el que enfrentaba la vida.

Ya han pasado más de 30 años desde que Yoko abriera los cuadernos de dibujo de su marido -los que ella misma le regalara dándole una directa indicación: “Llénalos”– y comenzara a publicar ediciones limitadas de reproducciones a través de su compañía Bag One Arts Inc.

Quien quiera comprar un Lennon original, deberá estar dispuesto a desembolsar al menos 4.000 dólares ($3.189.000) y 100 dólares ($79.725) en adelante por las reproducciones.

Dentro de sus trabajos más notorios está la crónica de su boda con Yoko (portafolio “Bag One”), luna de miel y una serie de dibujos eróticos que constituyeron un regalo de matrimonio para su esposa.

En un artículo de LA Times se cita un relato de su viuda, quien recordó cuando ambos se conocieron en una exposición artística de Yoko: “Él me dijo que podría hacer una muestra de arte con su propio trabajo, pero que ahora no era posible porque era un Beatle”.

Varias décadas más tarde, su mujer cumplió el sueño del músico a través de la muestra itinerante “The Art of John Lennon”. Pero no sólo eso: un extracto del portafolio “Bag One” es parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA).

“Mi rol en la sociedad, o la de cualquier artista o poeta, es intentar expresar lo que sentimos todos. No decir a la gente cómo sentirse. No como un predicador, no como un líder, sino como un reflejo de todos nosotros”, dijo alguna vez John Lennon.

Desde que descubrió la pluma y hasta el final de sus días, el artista continuó cultivando su faceta visual, en público y en privado. Sus dibujos, sus líneas dispersas y caóticas, su sintetismo e ironía además de la paz y el amor como elementos esenciales, también nos susurran quién era este hombre que cambió la historia de la música moderna.