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En el marco de los 30 años del Centro Experimental Perrera Arte, la XXX Muestra Anual ha sido un éxito con la participación de destacados artistas nacionales e internacionales. Jorge Tacla, pintor chileno radicado en Nueva York, destacó la importancia de mantener viva la memoria histórica a través del arte. Tacla abordó temas de sobre su trabajo, resaltando que su obra es un testimonio de la historia humana. En un diálogo reflexivo, Tacla habló sobre la relación entre el arte y la política, la memoria y la tecnología.
En el marco de las celebraciones de los 30 años del Centro Experimental Perrera Arte, su primer hito fue la XXX Muestra Anual. La inauguración estuvo a la altura por la oleada de público que, asombrados, disfrutaron la muestra colectiva por la calidad de las obras. El evento en sí mismo y la producción funcionaron como un reloj.
Por Pablo Asenjo
Colaborador Perrera Arte
El público pudo apreciar una muestra colectiva que cuenta con la participación de destacados artistas nacionales y extranjeros. Artistas claves en el relato curatorial y que en galardonan el catálogo del arte en Chile.
La arquitectura de Perrera Arte lucía de fiesta, como decía mi tía Eugenia: “Está impecable, ¡brillante oye!”.
Perrera Arte
La Perrera Arte es un edifico industrial rescatado del deterioro estructural. Este esfuerzo ha sido uno de sus pilares fundamentales respecto del orgullo de sacar, del estado de ruina, un horno crematorio de hormigón para convertirlo en una factoría de arte.
En sus 30 años como Centro Experimental de Arte, han transitado todo tipo de manifestaciones que se tuercen del lenguaje común. Antonio Becerro fundador y director, lleva años produciendo cruces entre artista, colectivos, instituciones, agrupaciones, con ejercicios de obra compartida, en el sentido de operar como un dispositivo estético, físico y mental.
La curatoría de la XXX Muestra Anual es ecléctica y desafiante. Becerro examinó la escena de las artes visuales y consideró los diversos lenguajes del arte; pintura, escultura, video, instalación, performance, música, entre otros.
Las obras, con sus distintas facturas y soportes, expuestas en la nave principal Pablo de Rokha y Sala Dante es un golpe de imagen. Una escena orquestada cuidadosamente en la que se evidencian el virtuosismo individual de los artistas y en la que se esparce el relato colectivo como una sola imagen.

Conversación con Jorge Tacla
En esta ocasión, conversamos con el artista invitado es Jorge Tacla, destacado pintor chileno radicado en New York, que en la actualidad expone en la Galería Cristin Tierney, en esa ciudad.
Su obra ha tenido una admirable acogida en la diversidad de público que transitan por este espacio. Personas relacionadas al arte: estudiantes, artista, periodistas, teóricos, etc., pero también el público no tan informado en el arte, que están atentos a nuestro eventos y actividades, tales como vecinos, migrantes, los dueños de almacenes, colegios y la comunidad barrial aledaña.

Sobre tu obra y lenguaje pictórico
Tu pintura trabaja sobre lo que llamas “espacios psíquicos”, paisajes devastados, estructuras vacías. ¿Sientes que estas imágenes están más cerca de lo que fue, de lo que es o de lo que vendrá?
“Son las tres que mencionas, al mismo tiempo, pero con la gran diferencia de que ahora todo es más inmediato y brutal.
“Lo que viene no es el paraíso, ese que nunca ha estado, ese que existe solo en la ficción.”
¿Cuál es tu relación actual con la materia pictórica? Sigues trabajando con óleo y cera fría… ¿qué importancia tiene lo táctil en una época de pantallas?
“Trabajo con diferentes materialidades, entre las que siempre está el óleo y la cera fría. Cada foco de interés en mi trabajo se resuelve de manera diferente y eso implica una exigencia en la materialidad que ocupo.
“Lo táctil es lo humano, traumas y caricias. La pantalla es para mí simplemente una herramienta.”Simbólicamente en las obras seleccionadas, con sus distintos soportes y formatos, el relato visual de esta muestra es el impacto, la fricción, la ruina, el derrumbe y desplome de la humanidad y su arquitectura, que también podría leerse como el hallazgo, la arqueología de una cultura. En muchas de tus obras hay edificios derruidos, silencios densos, ruinas. ¿Podríamos decir que tu trabajo es una forma de memoria arquitectónica de los traumas colectivos, como los terremotos de Chile?
“Las arquitecturas están habitadas: piel, cuerpo y cemento conviven en la memoria de los traumas colectivos y de esos espacios psicológicos que nos identifican.”
¿Cómo convives con el hecho de representar lo invisible, lo que ya no está, pero dejó huella?
“No es invisible. Sigue siendo visible, pero en ruinas. Lo que no es visible son las víctimas humanas que se perdieron. Mi obra es un testimonio de la historia humana.”
Tus obras a menudo parecen no tener figuras humanas, pero están cargadas de presencia. ¿Es deliberada esa “ausencia”?
“Sí, es deliberada: de esa manera tomo distancia y hago un juicio crítico del abuso por parte de los medios al mostrar de forma reiterada y gratuita imágenes sangrientas.
“Yo trabajo con las ruinas contemporáneas causadas por el desquiciamiento humano o por causas naturales cada día más frecuentes. Hago de esta mixtura una constante denuncia de las injusticias y de la lucha de poderes.”

Sobre Chile, la historia y el presente
¿Qué significa para ti crear desde Nueva York con una memoria chilena? ¿Cómo dialogan estas dos geografías en tu obra?
“Estoy en los dos lugares y mantengo taller tanto en Chile como en Nueva York. De esa manera, puedo yuxtaponer las emociones que involucran a la memoria y la melancolía. Al estar en los dos lugares siempre se renueva la energía original del viaje inicial.
“Siempre ocupo la estrategia del nómade. Siempre hay una trama de sentimientos encontrados que se entreteje a partir de la memoria. El desplazamiento no es lineal, sino que vuelvo atrás a medida que llego al presente.”
¿Cómo viviste la pandemia y el estallido social del 2019 desde la distancia? ¿Influyó en tu producción artística posterior?
“Estaba en Chile para el estallido social presentando una instalación en la Bienal de Artes Mediales en el Museo de Bellas Artes que se abrió el 18 de octubre y tuvo que cerrar el 19, precisamente por eso. Vi de muy cerca el estallido, estuve ese mismo día 19 en la plaza, así como los días siguientes, y cuando llegué a New York realicé una serie de obras relacionadas a él que se expusieron también en New York. Para mí fue una realidad. No lo vi en la pantalla.”
En Chile, la memoria histórica sigue siendo un campo de disputa. ¿Crees que el arte tiene aún un rol activo en esa disputa?
“El arte ha sido esencial en mantener en el presente la memoria histórica y la disputa ante la existencia del pasado. Además, la memoria puede sanar. Sin memoria, hay un futuro terrorífico.”Los discursos de vanguardia de la izquierda chilena, en tanto a las artes, parecen haber trasnochado en un modo polvoriento, respecto de la contingencia nacional y global. ¿Es el arte político necesariamente?
“El arte es un espacio de libertad y de constante denuncia en todos los sentidos. El arte no es necesariamente político, pero sí puede serlo y a menudo eso depende de la interpretación. Y, además, la relación entre el arte y la política depende también de la intención del artista y el contexto en el que se crea. Es un entramado complejo y en flujo; el arte es político, pero no de una forma que se pueda establecer de manera rígida, estancada.”
¿Sientes que Chile, a través de sus instituciones, ha comprendido o acogido tu trabajo como lo han hecho otras partes del mundo?
“Desde mis comienzos en las artes visuales, he participado en muchas exposiciones colectivas e individuales en instituciones en Chile. Creo que la comprensión y la acogida han sido muy dinámicas en relación con mi obra. La exposición “Epicentro”, que hice en el año 1995 en el Museo de Bellas Artes, tuvo una reacción muy cercana por parte tanto de los espectadores como de los artistas y los teóricos.”
¿Qué lugar ocupa el paisaje chileno, su arquitectura o sus heridas sociales en tu imaginario visual?
“Ocupan un lugar estable en mi imaginario visual. Conviven en mi campo de batalla con mis fantasías recurrentes del imaginario (que se acabe la guerra, que vengan fuerzas mayores a parar la guerra, las injusticias, la pobreza) y los otros paisajes, arquitecturas y heridas sociales en el mundo.”

Cultura global y tecnología
Vivimos en un mundo híper conectado, pero cada vez más desmaterializado. ¿Qué opinas del auge del arte digital y los NFTs frente a la pintura como cuerpo físico?
“Todas las nuevas tendencias se desarrollan en el mismo espacio que las obras que tienen cuerpo físico. Hay una lectura compleja que el espectador dentro de la trama cultural tiene que llevar a cabo para enriquecer esta mixtura y yuxtaposición de nuevos medios.”
Las inteligencias artificiales están comenzando a intervenir en la creación artística. ¿Qué reflexión tienes sobre esta “coautoría” posible entre humano y máquina?
“Por ahora, lo que más me preocupa de la inteligencia artificial es la manipulación de la realidad y las dificultades para poder diferenciar lo artificial de lo real (es decir, algo más político).”
¿Crees que el arte puede seguir llamándose contemporáneo?, ¿Está perdiendo su potencia visionaria, innovadora y única al volverse un producto de consumo más dentro del sistema global?
“No hay duda de que se le puede seguir llamando arte contemporáneo. Esto que comentas no es una crítica reciente. El arte no se llama contemporáneo en el sentido que tiene decir, por ejemplo, arte decimonónico. En este sentido, “contemporáneo” funciona como un deíctico.
“El arte es contemporáneo cuando es de ahora y seguirá siempre vivo, porque es el presente, con la contingencia. Hay muchos artistas haciendo cosas muy innovadoras, pero quizá tienen menos visibilidad que el arte comercial que está muy relacionado con el consumo dentro de sistema global.”
Los chinos están revolucionando toda esfera de la realidad. En ese sentido, el arte oriental está ligado estrechamente a la tecnología de punta y experimentos visuales insospechados hace solo un par de años atrás. ¿Qué artistas o discursos actuales te parecen necesarios en este momento de hiperproducción visual?
“Yo no lo veo así; no veo al arte oriental como necesariamente ligado a la tecnología. De hecho, el arte oriental está estrechamente ligado a los oficios. Sí hay una revolución experimental en la tecnología de punta, pero esto participa simultáneamente de la escena más material. La mayoría de los artistas chinos son de una artesanía tremenda a partir del quehacer.
“Entre los artistas actuales que me parecen necesarios están Ai Weiwei, Xu Bing, Emily Jacir, Gonzalo Díaz, Julie Mehretu, y, en teoría del arte, Nelly Richard.”
¿Qué te interesa explorar hoy que, quizás hace 10 o 20 años, no formaba parte de tu trabajo?
“Yo trabajo con el día a día: lo vigente forma parte del imaginario de mi trabajo. La obra es un proceso de reencuentro con el pasado y con el presente. Hay siempre un sistema de referencias en la producción de mi trabajo que entrega una plataforma de opciones que conforman la estructura conceptual de la propuesta.
“Mi trabajo de pintura hace un proceso disléxico de similitud a la acumulación y superposición de referentes. Este es un proceso que pertenece a la topología, una disciplina que se enfoca en las propiedades cualitativas de los espacios: en la conectividad, la cercanía, la continuidad.”

Cierre / Reflexión final
Si tu obra fuese un archivo para el futuro, ¿qué querrías que los próximos siglos comprendieran de nuestro tiempo a través de ella?
“Al paso que vamos, no creo que vengan más siglos, pero a través de mi obra se puede comprender parte de cómo llegamos a esta barbarie.”
¿Cómo ves esta invitación a exponer en la muestra anual colectiva del Centro Experimental Perrera Arte a sus 30 años de trayectoria?
“Estoy muy feliz con la invitación a exponer, a participar en esta muestra anual que celebra los 30 años de La Perrera Arte. La curaduría y la organización de la muestra han hecho un trabajo ejemplar, y siempre para mí es de gran emoción exponer en Chile.”

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