Tiene 37 años y pesa apenas 20 kilos. Esa es la realidad de Rachael Farrokh, una actriz de San Clemente, al sur de California (EE.UU.), quien sufre un grave desorden alimenticio, del que nadie quiere tratar.

Al menos eso afirma en un video colgado a YouTube, donde desesperada pide ayuda para financiar parte de su tratamiento que sólo es posible al otro lado de Estados Unidos, en una campaña bautizada como “Rachael’s Road to Recovery“.

Su marido, Rod Edmonson, ha explicado a medios estadounidenses que hospitales, enfermeras domésticas y terapeutas han rechazado atenderla, debido a su delicado estado de salud, que pudiera significar ser responsables de cualquier eventualidad.

Su marido Rod Edmonson | ABC News

Su marido Rod Edmonson | ABC News

“Solo hay un hospital en el país que se especializa en realimentar pacientes con tan poco peso y mi misión es llevarla allí (…) Ella está en una situación crítica” y “sus días están limitados si no hacemos algo inmediatamente”, afirmó Edmondson en declaraciones recogidas por el diario español El Mundo.

Asimismo, Edmondson detalló una serie de problemas físicos que ya ha superado su esposa, entre ellos cardíacos, fallos renales y de hígado.

Producto de lo anterior, se ha abierto un sistema de donación en GoFundme donde se solicita donaciones que alcancen los 100 mil dólares (unos 60,6 millones de pesos). Hecho que ya se consiguió, según se observa en 22 días, donde acumuló 118.432 dólares.

Un mensaje al resto de mujeres

En declaraciones a ABC News, Farrokh reconoció que su baja se inició cuando comenzó una dieta para conseguir algunos abdominales y no perder su trabajo, lo que ha terminado en esta dolorosa anorexia que además la tiene con una memoria olvidadiza.

“Tu dices, ‘ok, voy a levantarme y luego lavarme los dientes, pero ¡espera, no puedo!’. Incluso cuando duermo, sueño con la forma en que solía hacerlo”, relató.

Rachael's Road to Recovery

Rachael's Road to Recovery

Ante esto, envió un mensaje al resto de las personas que podrían padecer lo que tiene. “Quiero que otras personas anoréxicas escuchen esto. Esto es miserable. Duele todo, desde mi cabeza hasta los dedos de mis pies”, concluyó.