Miles de personas -30.000 según los organizadores, 6.000 según la policía- manifestaron el miércoles en Moscú para reclamar la liberación de los militantes presos hace un año en las protestas contra la elección del presidente Vladimir Putin.

La manifestación, en la que participaron no más de 10.000 personas, según una estimación de la AFP, transcurrió sin incidentes entre la Plaza Kaluga y la Plaza Bolotnaia.

El principal opositor a Putin, Alexei Navalny, que esta mañana había regresado de Kirov, 900 kilómetros al este de Moscú, donde está siendo juzgado por desvío de fondos, encabezó la manifestación junto a los jefes de los movimientos liberales Solidarnost y Parnas, Ilia Iachine y Mijail Kassianov respectivamente.

Los dirigentes opositores llevaban un cartel que decía “Libertad para los detenidos del 6 de mayo” y “Marcha por su libertad y por la nuestra”.

Los manifestantes, pertenecientes a diferentes grupos políticos, gritaban “Abajo la autocracia presidencial” y “Uno dos tres que se vaya Putin”.

“Rusia debe divorciarse de Putin”, gritaban algunos aludiendo al reciente anuncio del divorcio del presidente.

En el momento en que se iniciaba la manifestación, la policía detuvo a un grupo de militantes del Frente de Izquierda, cuyo dirigente Serguei Udaltsov, esta en detención domiciliaria a la espera de un juicio por “disturbios masivos”.

El 6 de mayo de 2012, se produjeron incidentes en la Plaza Bolotnaia, frente al Kremlin, sede de la presidencia, al término de una manifestación contra la asunción de Putin.

El origen de los enfrentamientos sigue dando lugar a polémicas. La oposición afirma que fueron provocados por las fuerzas de seguridad para justificar una ola de detenciones en los medios opositores.

Una treintena de personas fueron imputadas y el juicio de 12 de ellas, algunas de las cuales podrían ser condenadas a ocho años de campo de reclusión, comenzó la semana pasada.