“Eso es todo, boom, ya está hecho”: el soldado de las fuerzas especiales estadounidenses que mató a Osama bin Laden narró, en entrevista con la revista Esquire, la operación contra el líder de Al Qaida en Pakistán durante la noche del 1º al 2 de mayo de 2011.
Cuando este padre de familia de 35 años, que habló con la condición de permanecer en el anonimato, entró en la habitación donde se encontraba Bin Laden, todo fue muy rápido: “fue como una instantánea de un objetivo de entrenamiento. Es él, sin ninguna duda (…) Es automático, la memoria muscular. Eso es todo, boom, ya está hecho”.
Él fue el primero en entrar en la habitación ubicada en el tercer piso de la residencia de Bin Laden en Abbottabad. El jefe de Al Qaida estaba en la oscuridad, sin poder ver nada, mientras que el equipo de soldados estaba equipado con lentes de visión nocturna.
“Bin Laden estaba allí, de pie. Tenía las manos en los hombros de una mujer, empujándola hacia delante, no exactamente a mí, pero en dirección al ruido del pasillo. Era su esposa más joven, Amal”, narró.
Disparó dos balas, y luego otra, en la cabeza del hombre más buscado del mundo. La acción duró unos 15 segundos desde su llegada al tercer piso.
“Todo el mundo lo quería muerto, pero nadie quiso decir: ‘Ey, vas a matar a este hombre’. Estaba implícito”, explicó el integrante del famoso equipo 6 de los Navy Seals.
Este veterano de la guerra contra el terrorismo abandonó la marina de guerra en 2012, sin ningún tipo de protección total, ya que no pasó los 20 años de servicio requeridos para obtener una pensión por retiro o por enfermedad.