Rafael Nadal se mostró preocupado por su continuidad en el Abierto de tenis de Gran Bretaña, en Wimbledon, tras haber sentido un dolor “extraño y violento” en su pie izquierdo en el duelo de octavos de final, el lunes, en que derrotó al argentino Juan Martín Del Potro.
“Sí, estoy preocupado. Todavía no conozco la naturaleza de mi lesión. Tengo que pasar una IRM (resonancia magnética) para saber algo más. Pero, en cierto momento no sabía si podría terminar el partido”, declaró el N.1 del mundo y defensor del título, tras su triunfo en cuatro mangas por 7-6 (8/6), 3-6, 7-6 (7/4) y 6-4 ante el jugador de Tandil.
“Contento por haber pasado”, pero preocupado por su partido de cuartos de final del miércoles ante el estadounidense Mardy Fish, el manacorí, de 25 años, dijo que comenzó a sentir ese fuerte dolor en la parte externa y posterior del pie izquierdo promediando el primer set.
“En 6-5 se volvió terrible. Tenía la impresión de tener el pie roto, y pedí asistencia médica, sin saber si podría continuar”, confesó.
El kinesiólogo que lo trató le puso un vendaje para sobrellevar el dolor. El jugador reconoció que lo ayudó, y criticó una vez más la exigencia física a la que están obligados los tenistas.