A fin de año Talcahuano podría transformarse en la primera de la comunas con aldeas post terremoto que cuente con agua potable y alcantarillado. Lo anterior, si el gobierno aprueba el proyecto que entregó el municipio y cuya inversión supera los 600 millones de pesos.

A pocos días de asumir en el cargo del Intendente del Bío Bío, Víctor Lobos, se comprometió en menos de tres meses a tener en marcha los proyectos de instalación de agua potable en los campamentos, un anhelo que fue negado en muchas ocasiones por la administración Van Rysselberghe.

Sin embargo, hasta este miércoles ningún municipio había entregado los proyectos para la implementación de la redes en sus aldeas.

Fue el alcalde de Talcahuano, Gastón Saavedra, quien acompañado de concejales y dirigentes de pobladores, llegó con carpetas en mano, con la iniciativa de 641 millones de pesos.

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El encargado de recibir la propuesta, por ausencia del Intendente, fue el Seremi de Planificación, Sergio Giacaman, quien explicó que deben revisar el proyecto, evaluar el costo y pedir los recursos al gobierno central, por ello no aventuró fechas para concretar la idea.

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De todas formas, según los antecedentes del equipo de ingenieros de la municipalidad de Talcahuano, se proyecta a un plazo de seis meses -si todo avanza con normalidad- para que los vecinos afectados por el terremoto cuenten con agua potable y alcantarillado.