Los productores de leche solicitaron hoy al Gobierno la aplicación de una salvaguardia de al menos un 31,5% a las importaciones de lácteos importados desde Argentina y Uruguay. Advierten que sin ese impuesto, se agravará la crisis del sector que, según sus cáculos, registra pérdidas en la producción de 500 millones de litros.

Para la Federación de Productores de Leche (Fedeleche), se trata de la peor crisis en 30 años, debido al bajo arancel que pagan Argentina y Uruguay, países que además cuentan con programas de aportes en la industria láctea, lo que ha desplazado a los lecheros nacionales en nuestro mercado.

Por eso, buscan que el ingreso de productos lácteos trasandinos a nuestro país sea con una tasa adicional, como ocurrió en el año 2006, cuando el Gobierno, al observar un aumento anormal de las importaciones de productos lácteos argentinos, aplicó la medida.

De no ser así, los lecheros se arriengan a perder en forma directa entre 10 mil y 15 mil puestos de trabajo. Al respecto, Dieter Konow, presidente de la Fedeleche, emplazó al Gobierno a entender la procedencia de su petición.

Mientras se analiza tal petición de salvaguardias, el tiempo apremia para los lecheros, que piden se aplique un gravamen provisional antes del 1 de septiembre, lo que podría aliviar, por el momento, el impacto de las importaciones en el precio pagado.