La noche de este miércoles, WWF Chile comunicó el hallazgo del cadáver de una ballena sei enredada en la malla de un centro de cultivo de salmones de la región de Aysén.
A juicio de la ONG, esta es una situación gravísima que podría sentar un precedente histórico en la relación entre cetáceos y las salmoneras en Chile.
Lo anterior puesto que, de confirmarse la muerte por enmalle, este constituiría el primer caso registrado de interacción negativa con resultado letal entre esta actividad productiva y cetáceos en territorio nacional.
“Ya existen antecedentes de otras situaciones similares, como la ocurrida el año pasado en la misma región con una ballena jorobada”, indicaron desde WWF.
No obstante, en aquella oportunidad el animal no murió, ya que el hecho fue advertido y personal del centro de cultivo liberó al ejemplar.
“(El actual caso) Solo fue registrado en redes sociales y no hubo ningún registro o comunicado formal. Por tanto, se deben tomar medidas para garantizar una convivencia segura y responsable, debido a la gran sobreposición de espacio que existe entre mamíferos marinos y salmonicultura”, indicó Yacqueline Montecinos, encargada de Biodiversidad Marina de WWF Chile.
Pese a lo anterior, desde el Gobierno ya se tomó acción y el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) presentó una denuncia ante el Ministerio Público durante la jornada del martes.
Además, desde la entidad precisaron que la empresa Australis Mar “notificó del hecho vía correo electrónico el pasado viernes 1 de mayo”, de acuerdo con el plan de contingencia ambiental vigente y que aplica en este tipo de incidentes.
Montecinos explicó que tanto pequeños como grandes cetáceos transitan por zonas con instalaciones salmoneras, lo que implica que el espacio disponible para libre navegación y movimientos de estas especies se ve reducido con la presencia de estas infraestructuras.
“Sabemos que la tasa de mortalidad más alta observada en cetáceos a nivel mundial es por captura incidental y enmallamiento en redes, por lo que no es novedad que estas instalaciones puedan generar un impacto negativo sobre estas especies”, manifestó.
“Lamentablemente no contábamos con registros formales de estos eventos, hasta ahora”, sostuvo Montecinos.
La situación causó preocupación en el mundo de la conservación, ya que la ballena sei, que medía aproximadamente 15 metros de longitud, fue encontrada enmallada, con cuerdas y una cadena al costado de una de las balsas-jaula del centro “Matilde 3”, emplazado en el sector de isla Matilde, a seis horas de Puerto Aysén.
“Es importante que la industria y las empresas compartan y publiquen los resultados de los monitoreos de impacto que sus instalaciones generan sobre los mamíferos marinos. Se trata de una información que ellos tienen la obligación de levantar en el marco de las exigencias de importaciones de productos del mar de Estados Unidos, como parte de los requerimientos estipulados en el Marine Mammal Protocol Act. Chile debe entregar el primer reporte entre este y el próximo año”, señaló por su parte María Jesús Gálvez, encargada de Acuicultura de WWF Chile.
