Al menos 48 personas murieron el domingo en Siria, 34 de ellas en un bombardeo sobre la localidad de Suran, en la región de Hama (centro), según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que reclamó que los observadores internacionales visiten de inmediato el lugar de la “masacre”.

“Reclamamos a los observadores internacionales que se dirijan de inmediato a Suran y no esperen al día siguiente para certificar otra violación del régimen sirio”, reclamó el presidente de esta ONG, Rami Adbel Rahman, refiriéndose a los miembros de la misión de la ONU encargados de supervisar el alto el fuego vigente en el país.

“Los observadores deberían haberse desplazado a esta localidad con las primeras informaciones de los bombardeos”, insistió.

“La vida de los sirios no se resumen en cifras en una libreta para apuntar las violaciones”, denunció. En el ataque a Suran murieron 34 personas.

Un civil falleció en Hasraya, igualmente en la provincia de Hama por los disparos de las fuerzas de seguridad.

Otros cinco civiles murieron cerca de Damasco, en Alepo (segunda ciudad del país) y en Homs (centro), dos rebeldes perecieron en Idleb (sudoeste) y cinco soldados lealistas murieron en diferentes puntos del país.

Un cohete cayó este domingo, sin causar heridos, a una decena de metros de un grupo de observadores de la ONU, entre ellos el jefe de la misión, el general Robert Mood, que visitaba la localidad de Duma, cerca de Damasco, constató una periodista de la AFP.

Por último, hombres armados asesinaron a un responsable del partido Baas, en el poder, en la localidad de Janudiya, en la provincia de Idleb. Los ataques contra oficinas y miembros de este partido, en el poder en Siria desde hace medio siglo, se han multiplicado recientemente en todo el país.

“Hay sin ninguna duda un aumento de los asesinatos contra no solamente responsables políticos, sino también contra empresarios cercanos al régimen”, indicó a la AFP el presidente del OSDH.

Unos 260 observadores de la ONU se encuentran actualmente en Siria para supervisar una tregua que sigue siendo violada.

La comunidad internacional, que se muestra incapaz de resolver una crisis que dura ya 14 meses, instó el sábado al régimen de Bashar al Asad “y a todas las partes” a cesar inmediatamente la violencia y a aplicar las disposiciones del plan del emisario internacional Kofi Annan, durante la cumbre del G8 celebrada en Estados Unidos.

Por su parte, el régimen denunció este domingo que la “oposición armada cometió 3.500 violaciones desde la instauración del alto el fuego” el pasado 12 de abril.