La embarcación española Team Telefonica zarpará el sábado de Alicante (España) con la aspiración de ganar la 11ª edición de la Volvo Ocean Race de vela, que comienza el sábado con otros cinco monocascos, compitiendo en una batalla naval que durará nueve meses.

La regata, que plantea un recorrido de 39.000 millas (70.200 kilómetros) alrededor del mundo, comenzará el sábado y durará hasta el próximo 7 julio, cuando está previsto que los barcos, de 21,50 metros, lleguen al puerto de Galway (Irlanda).

La carrera, ganada en su décima edición por el brasileño Torben Grael, cuenta con nueve escalas, donde las tripulaciones tendrán que dejar listos los veleros, entre los que figura un Team Telefónica que cuenta como capitán con el español Iker Martínez, de 34 años y campeón olímpico en la categoría de 49er.

La media de edad de la tripulación de la embarcación española, en su 20ª participación en la Volvo Race, es de 36 años y en ella figuran hombres como el australiano Andrew Cape y el británico Neal McDonald.

Los favoritos son el velero estadounidense Puma Racing, lidero por Ken Read, y el neozelandés Camper Team (NZL), a las órdenes del australiano Chris Nicholson, pero el Team Telefónica forma parte de los participantes que pueden dar la sorpresa.

En una auténtica batalla sin piedad en algunos de los mares menos hospitalarios del planeta, los veleros comenzarán en Alicante con dirección a Ciudad del Cabo (Sudáfrica).

Desde allí zarparán el próximo 5 de noviembre hacia Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos, y luego pasarán por Sanya (China), Auckland (Nueva Zelanda), Itajai (Brasil), Miami (Estados Unidos), Lisboa (Portugal), Lorient (Francia) y Galway.

La Volvo Ocean Race nació en 1973 bajo el nombre de Whitbread Round The World Race y siempre atrajo a las mejores tripulaciones, como el propio Torben Greal, que se ha convertido en una leyenda en el mundo de la vela al igual que los neozelandeses Peter Blake y Grant Dalton o el estadounidense Paul Cayard.

La carrera promete ser especialmente linda por las muy diversas condiciones en las que navegaran los monocascos. Porque éstos atravesaran desde las tranquilas aguas de la zona de convergencia ecuatorial a otras con el viento en contra.

Además, la competición impone un ritmo rápido, en unos veleros a menudo incómodos, en los que se vienen registrando mejoras continuas en el rendimiento, lo que hace que el nivel general no haya dejado de crecer.

Los monocascos pueden llegar a alcanzar los 40 nudos de velocidad y en ellos los miembros de la tripulación, cuando no se encuentran en la cubierta, descanan como pueden, en unos interiores húmedos, con mucho ruido y oscuros.

La cocina consiste en recalentar platos preparados y el aseo de los participantes se reduce a lo mínimo.

Así, La Volvo Ocean Race es una especie de “viaje al infierno”, según tituló la prensa especializada recientemente. Sin embargo, esta carrera mítica no ha dejado de fascinar a los navegantes, al igual que la Copa del América.