El llamado “lobby gay” volvió a sacudir este viernes la Santa Sede.

Esto después de que la revista italiana L’Espresso revelara el “escandaloso amor” entre monseñor Battista Ricca, nombrado por el papa Francisco recientemente en un cargo estratégico en el banco del Vaticano, y un capitán de la guardia suiza.

Según el vaticanista de la revista, Sandro Magister, Ricca forma parte del llamado “lobby gay”, una red de influyentes prelados homosexuales, “un poder paralelo que trama contra el pontífice”, sostiene la publicación.

El actual colaborador del papa argentino, que se ganó la confianza de Francisco en los primeros cuatro meses de pontificado, hasta el punto que fue designado su representante personal en el banco de la Santa Sede, es conocido dentro del Vaticano por la agitada relación homosexual que mantuvo con un oficial de la guardia suiza cuando trabajaba en la nunciatura apostólica de Montevideo, en Uruguay, de 1999 a 2000.

Según el conocido vaticanista, al papa le ocultaron toda esa información sobre Ricca, por lo que no tuvo objeciones para nombrarlo “prelado” del Instituto para las Obras de Religión (IOR), más conocido como el banco del Vaticano, para ayudarlo en la labor de limpieza de la entidad, desacreditada por la corrupción interna, el tráfico de influencias y hasta lavado de dinero.

La revista cuenta que el religioso aprovechó el cargo de nuncio interino para nombrar a su amante en Montevideo, autorizando hasta el envío de sus pertenencias y asignándole un alojamiento y un puesto.

“La clara relación de intimidad entre Ricca y el capitán Patrick Haari escandalizaba a muchos obispos, sacerdotes y laicos de ese pequeño país sudamericano, incluidas las religiosas que se ocupaban de la nunciatura”, sostiene Magister.

Las revelaciones del vaticanista han sido tildadas de “poco fiables” por el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi. Ricca, de 57 años, diplomático de carrera, que ha trabajado en Congo, Argelia, Colombia y Suiza, tiene un pasado bochornoso, sostiene el vaticanista, que revela que incluso sufrió una golpiza en un club nocturno para homosexuales y que fue rescatado por bomberos después de quedarse encerrado dentro de un ascensor con un joven.

Objetivo: frenar las reformas

“En el Vaticano han promovido de manera activa una operación de encubrimiento, frenando las investigaciones desde esa época hasta hoy, ocultando los informes sobre el nuncio y manteniendo inmaculada la hoja de servicios de Ricca, facilitando de este modo una nueva y prestigiosa carrera”, escribió L’Espresso, que sostiene que su nombramiento en el IOR no sólo ha provocado “amargura” entre los religiosos que conocían su pasado, sino que tiene como objetivo frenar las reformas impulsadas por Francisco.

El pasado 11 de junio, el papa Francisco habló por primera vez de “una corriente de corrupción” en la Curia Romana, así como de la existencia de un influyente “lobby gay”, según el portal católico progresista latinoamericano Reflexión y Liberación basado en una charla que el pontífice mantuvo con un grupo de religiosos latinoamericanos.

Dos publicaciones italianas, el diario italiano La Repubblica y la revista Panorama, aseguran que el Papa emérito Benedicto XVI decidió renunciar en febrero a su cargo tras recibir un informe ultrasecreto de 300 páginas, realizado por tres cardenales ancianos e intachables, sobre las luchas internas por el poder y el dinero, así como el tráfico de influencias internas con la homosexualidad.

El informe fue entregado a Francisco por el mismo Benedicto XVI pocos días después de su elección el 13 de marzo.