Una reunión ampliada de dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB), la mayor organización sindical del país, determinó radicalizar la huelga general, que ingresó este viernes en su duodécimo día, tras una reciente negativa del gobierno de mejorar los niveles de jubilación de los trabajadores.

“El ampliado de la COB decidió (en la madrugada de este viernes) radicalizar la lucha de acción, masificar y fortalecer la huelga” informó su líder, Juan Carlos Trujillo.

“Hemos determinado radicalizar las protestas y focalizarlas” en el corte de rutas y las manifestaciones en las ciudades, especialmente en La Paz, sede del gobierno boliviano, corroboró el dirigente Octavio Urquizo.

Sin embargo, “estamos abiertos al diálogo siempre que nos vuelvan a convocar” para revisar la oferta del gobierno de pagar una jubilación de 4.000 bolivianos (578 dólares), manifestó Trujillo.

La COB demanda una jubilación de 8.000 bolivianos (1.149), mientras que la Federación Sindical de Trabajadores Mineros (FSTMB) reivindica 4.900 (704 dólares).

El ministro de Trabajo, Daniel Santalla, retrucó que también “estamos abiertos al diálogo, pero el problema es plata (dinero)”.

El gobierno rebajó recientemente la edad de jubilación de 65 años a 58 y para el sector minero a 55 para los hombres y 51 para las mujeres.

Ante la ratificación de las medidas, el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Alfredo Rada, opinó que la COB debe “reevaluar esta situación, replantear todo lo que es esta movilización dándose cuenta que esto no conduce a algún lado”.

Según Santalla radicalizar las medidas significa que “la COB ha decidido concentrar todas sus fuerzas en La Paz, han convocado a las organizaciones sindicales para que puedan viajar a La Paz”, sede del gobierno boliviano.

“Están pensando convulsionar La Paz”, denunció Santalla.

La Paz fue escenario los últimos días de masivas manifestaciones de maestros, fabriles, mineros, universitarios y médicos, con una intensa detonación de fulminantes de dinamita y petardos, adenás de esporádicos choques con la policía antimotines.

Debido al fracaso de las negociaciones, la tensión social fue en aumento, y nuevos sectores se plegaron a los reclamos.

El presidente Evo Morales calificó la huelga sindical como “acción política” y convocó a “defender la democracia, a defender el proceso de cambio (..), a organizarnos y movilizarnos”.

“Están pidiendo a gritos el amotinamiento de la Policía para que haya golpe de Estado”, criticó.

Los sindicatos afines al gobierno han convocado a sus bases a defender el proceso político que encabeza Morales y programan una masiva marcha de apoyo para los próximos días.