Existen la creencia popular de que consumir pornografía ocasionalmente, podría ser una de las causas de la disfunción eréctil.

En este contexto, el doctor en Psicología David J. Ley, detalló en una columna del sitio especializado Psychology Today, que es necesario examinar la evidencia médica o científica sobre el tema.

Según la revisión bibliográfica realizada por el especialista, en la base de datos de literatura médica más grande del mundo, señaló que “no hay un solo estudio publicado que vincule la pornografía y la disfunción eréctil”, precisa.

De este modo, destacó un estudio que identificó que las actividades cerebrales de quienes ven pornografía, no son significativamente diferentes en los hombres con y sin disfunción eréctil.

El estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, investigó si la activación cerebral durante la excitación sexual evocada visualmente, era diferente en pacientes con disfunción eréctil, en comparación a quienes no la padecían.

En este contexto, los resultados arrojaron que en el caso de los pacientes con DE, la actividad cerebral, en respuesta a estímulos sexuales visuales, fue similar al reportado en “hombres sanos”.

FreePiks
FreePiks

Por otra parte, y basándose en un estudio de 2012, publicado por la misma revista científica, el doctor señala que la disfunción eréctil de los hombres jóvenes, está relacionada con la automedicación, un bajo nivel de experiencia sexual, la salud física y mental.

“El consumo de tabaco, el consumo de alcohol y drogas también fueron predictores importantes”, complementó.

“Cualquier informe de disfunción eréctil en hombres jóvenes es sorprendente, porque durante mucho tiempo hemos creído que esto simplemente no les sucede a ellos“, plantea el especialista.

Sobre esta patología, Ley detalla que esos aspectos ayudan a los hombres a estar alerta sobre los cambios en su cuerpo. “A veces, también puede ser una señal para atender problemas psicológicos o relacionados”, añadió.

El consumo en exceso podría traer consecuencias

Desde otra perspectiva, un reciente estudio que analizó el trastorno del comportamiento sexual compulsivo, el exceso de este tipo contenido, provoca que el área del cerebro que mantiene el deseo sexual sano, se sature con material ficticio.

De este modo, si se consume frecuentemente, llega un momento en el que genera un estado de dependencia tan elevado, que algunos hombres necesitan esa estimulación visual para conseguir una erección óptima. En ocasiones su pareja “real” no es suficiente.

Esta situación genera nerviosismo y frustración en los hombres, además de graves problemas en la relación.