Las novelas, películas y canciones, han idealizado el amor y los factores que no pueden faltar en un romance. Uno de ellos, es el momento cuando se dice por primera vez “te quiero”.
Muchas veces el sentimiento de querer a alguien es un acto involuntario, y expresarlo en palabras puede resultar complicado.
Pero ¿por qué para algunas personas es tan importante decir o escuchar un “te quiero”? De acuerdo a los especialistas, existen varios factores que le otorgan esta relevancia.
La primera vez que una pareja dice esas palabras, perpetúa un “rito” instaurado en nuestra sociedad. “Se produce una institucionalización pública del amor”, especifica Francesc Núñez, sociólogo de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC), al diario español ABC.
Asimismo, en muchos casos, cuando alguien verbaliza su amor, se instauran nuevos valores que de cierto modo, oficializan la relación.
De este modo, cuando las palabras son sinceras, dejan constancia y reafirman el hecho de que se está creando algo importante en la pareja.
“La otra persona es muy relevante para nosotros y queremos decírselo para que lo sepa”, explica la psicóloga sanitaria Macu Guerrero, directora del centro Ruth González Terapia.
No obstante, hay veces en que nos sentimos obligados a decir ciertas cosas, porque “los demás” lo hacen. “Vemos esas declaraciones de amor ostentosas en las redes sociales o porque lo tenemos grabado a fuego a través de las películas, por ejemplo”, plantea la psicóloga.
Debido a que vivimos en una sociedad donde muchas personas prefieren no “etiquetar” ni ponerle nombre a las relaciones, el acto de decir “te quiero” ayuda a formalizarlas.
“Hay personas que tienen miedo al compromiso, o que evitan las categorías para poder sentirse libres en la relación. Ambas opciones están bien, siempre que cada uno viva un amor desde el bienestar y no desde el miedo a la invasión”, apunta Guerrero.
“Hay quien dice que el amor romántico ha muerto; no sé si podemos decirlo así, pero es verdad que ahora vivimos las relaciones de una manera más racional”, puntualiza el sociólogo.
Por este motivo, al pronunciar esas significativas palabras, hacemos una “declaración de principios”, o de intenciones, ejemplifica Rafael San Román, especialista de la plataforma de ayuda psicológica ifeel.
“Nos estamos exponiendo y nos mostramos vulnerables, ya que no siempre estamos seguros de que el interlocutor vaya a encajar bien el mensaje”, plantea, ante la opción de que el sentimiento no sea correspondido.
Como se mencionaba anteriormente, la manera en la que pensamos y vivimos el “amor romántico”, está construida por el cine, las canciones y las novelas. “Todo ello ha creado un imaginario colectivo sobre cómo debe ser una relación y cómo la vivimos“, apunta Núñez.
En este contexto, hemos visto miles de ejemplos de declaraciones de amor en la pantalla grande, y muchas veces intentamos recrearlas en la vida real, generándonos expectativas.
Guerrero plantea que la madurez de la persona tiene una gran relevancia en este caso. “A medida que crecemos, adaptamos la ficción a la realidad y nos vamos nutriendo de nuestras propias experiencias“, explica la psicóloga.
“El mundo cada vez es más complicado y nosotros nos emocionamos menos, pero el amor no ha perdido eso, no ha dejado su esencia: todavía buscamos la posibilidad de encantamiento“, reflexiona Núñez finalmente.
