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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Molly Kochan, enferma de cáncer en etapa IV, decidió explorar su sexualidad como último proyecto antes de morir. Tras una mastectomía bilateral, se sumergió en experiencias sexuales sin culpas, lo que inspiró la serie "Dying for Sex", protagonizada por Michelle Williams.

Lejos de sentirse abandonada en su lecho de muerte, Molly Kochan, decidió emprender un proyecto osado e inusual: explorar su sexualidad.

Molly que se encontraba aquejada por un cáncer de mama en etapa IV, vio en ese camino de descubrimiento, que podía encontrar un nuevo propósito. Por lo tanto, después de sufrir una mastectomía bilateral, esta neoyorquina decidió experimentar algo distinto.

Aunque en esta oportunidad, buscó entregarse al placer sin sentir culpa. Una decisión que marcó sus últimos años y que dejó como testimonio, un podcast y un libro, en que describió esta faceta inédita de una enferma en estado terminal.

Así nació “Dying for Sex” (“Morir de placer” en español), una serie televisiva que recoge el testimonio de Kochan a través de la actriz Michelle Williams, en el rol de Molly.

La intensa vida de Molly Kochan

Sin duda, el 2011, marcó un antes y después en la vida de Molly, que tuvo su primer diagnóstico de cáncer durante ese año.

Hasta entonces, cuando tenía 42 años, la enfermedad regresó con mayor fuerza, en que ahora una recuperación era imposible, dado que el cáncer había hecho metástasis en sus huesos, el cerebro y el hígado.

Ante la crudeza del diagnóstico, la mujer decidió abandonar a su marido, con quien vivía una severa crisis de pareja. “Teníamos dificultades sexuales antes de que llegara el cáncer”, expresó Kochan sobre su relación en un capítulo del podcast. “Justo antes de que me diagnosticaran, buscaba revitalizar nuestra vida sexual… y entonces apareció el cáncer”.

Insatisfecha y con el interés de experimentar, también Molly debió enfrentar a los fantasmas de su pasado. Hija de padres divorciados, su madre, Joan, provenía de una familia adinerada. Mientras su padre, llegó a trabajar como manager de bandas musicales como Survivor.

En este ambiente disfuncional, vivió un abuso sexual perpetrado por una expareja de su madre, que la drogó cuando era menor de edad. Así las cosas, durante un largo tiempo, el abuso frenó su capacidad de “conectar” con otras personas. “La disociación fue probablemente una habilidad que desarrollé la noche en que abusaron de mí”, sostuvo en el podcast.

“Durante mucho tiempo con el sexo —y por eso tuve un problema en mi matrimonio— , era muy, muy bueno descubriendo lo que les gustaba a los demás y luego podía simularlo como un actor para ellos”, dijo Kochan en el podcast.

En paralelo, mientras se autodescubría, los remedios que tomaba —que supuestamente disminuiría su libido— la afectó de manera insospechada. “Quería acostarme con todo y con todos”, afirmó Molly en el podcast. “Tenía las manos metidas en los pantalones todo el tiempo”, complementó.

“Morir de placer”

En medio del cáncer, Molly probó el sexting y el sexo casual, con el apoyo de su amiga Nikki Boyer, con quien la unía una profunda amistad. Juntas mantuvieron una complicidad, donde se apoyaban mutuamente.

“Estaba sanando heridas en su lecho de muerte”, declaró Boyer, en una entrevista con New York Post, sobre el comportamiento de su amiga en sus últimos días.

Por otra parte, en lo que se refiere a su propia sexualidad, Molly describió que “los actos relacionados con el sexo me han conectado con mi cuerpo y con la vida”, según consignó el Daily Mail.

Es que una manera de hacerlo, era publicar fotografías vestida con lencería, en la cama del hospital. Michelle Williams, la actriz que la interpreta en la ficción, reveló en conversación con The Guardian sobre este último punto. “Le gustaba comprar lencería bonita; la hacía sentir genial, y se tomaba fotos preciosas, ocultaba sus cicatrices, enviaba selfies y se comunicaba con desconocidos. Cuando ya no pudo tener encuentros físicos, seguía enviando mensajes de texto desde la cama del hospital”, subrayó al diario inglés.

Cabe mencionar que Molly tuvo cerca de 200 pretendientes. Al respecto, había un doble de Ryan Reynolds que era masoquista, un funcionario de pompas funebres y un fetichista de los pies. “Cada vez que mis problemas de salud se intensificaban, también lo hacían mis aventuras sexuales. Era una forma de contrarrestar la distracción”, escribió en el libro Screw Cancer: Becoming Whole (Al diablo con el cáncer: cómo llegar a ser completo en español).

Sobre la experiencia de su amiga, Boyer comentó: “Molly quería sentirse realmente viva y lo más normal posible, para no sentir que estaba atrapada en el hospital durante días”, afirmó, en una reciente entrevista con la revista Time, en que desmitifica las escenas reales y las ficcionadas de la serie.

La muerte de Molly Kochan

Nikki quien también apareció en la serie, interpretando a una prima de Molly, comentó que espera que la ficción motive a las personas a probar nuevas experiencias sexuales, “siempre y cuando no dañen a nadie más”, y también inspirar a escribir una lista de deseos. “[Molly] quería enamorarse, y lo hizo”, dijo. “Así que, sea lo que sea que esté en tu lista de cosas por hacer antes de morir, más vale que empieces”.

Si bien Kochan no volvió a casarse, este hecho no opacó el último tramo de su vida: “Me gustaría poder culminar mi vida, con una historia increíble sobre un tipo que me enamoró y me hizo sonrojar, pero mi visitante nunca apareció”.

“Me doy cuenta de que sí me enamoré”, escribió en el libro. “Estoy enamorada. De mí misma”, agregó.

Después de su muerte, en 2019, a la edad de 45 años, su mejor amiga Nikki publicó el podcast, Dying for Sex.