Aunque a simple vista pueden parecer limpias, las sábanas, edredones, mantas y otra ropa de cama acumulan una cantidad importante de bacterias y hongos que se transfieren de nuestra piel a la tela. Por eso, es importante tener considerada la limpieza regular del lugar donde duermes.
Según explicó Primrose Freestone, profesora titular de Microbiología Clínica, Universidad de Leicester a The Conversation, no se trata solo de microbios: “Durante el día, nuestro cabello y nuestro cuerpo acumulan contaminantes, polvo, polen y alérgenos, que también pueden transferirse a la ropa de cama. Estos pueden desencadenar alergias, afectar a la respiración y contribuir a la mala calidad del aire en el dormitorio”.
Si duermes con mascotas, “la fiesta microbiana se anima aún más. Los animales introducen pelo, caspa, suciedad y, a veces, restos fecales en las sábanas y mantas, lo que aumenta la frecuencia con la que debemos limpiarlas”.
En ese sentido, la profesional explicó cada cuánto, y por qué, debemos lavar cada pieza de ropa de cama para evitar complicaciones adicionales de salud.
Cada cuánto lavar sábanas y fundas de almohada
Cuándo: semanalmente, o cada tres o cuatro días si hemos estado enfermos, hemos sudado mucho o compartimos la cama con mascotas.
Por qué: para eliminar el sudor, los aceites, los microbios, los alérgenos y las células muertas de la piel.
Cómo: lo ideal es lavarlas a 60 °C o más con detergente para eliminar las bacterias y los ácaros del polvo. Para una desinfección más profunda, debes secarlas en secadora o plancha.
No olvidar el aseo de los colchones
Cuándo: aspira al menos una vez a la semana y airea el colchón cada pocos días.
Por qué: el sudor aumenta los niveles de humedad, creando un caldo de cultivo para los ácaros.
Consejos: utiliza un protector de colchón de plástico o antialérgico y sustituye el colchón cada siete años para mantener la higiene y la firmeza.
Lavar el interior de las almohadas
Cuándo: cada cuatro o seis meses (compruebe primero la etiqueta).
Por qué: el relleno interno puede albergar bacterias y moho.
Cómo: lávalas a fondo y sécalas completamente para evitar la aparición de hongos.
Mantas y fundas nórdicas también deben lavarse
Cuándo: cada dos semanas, o más a menudo si duermen mascotas sobre ellas.
Por qué: atrapan células de la piel, sudor y alérgenos.
Cómo: lávalos a 60 °C o a la temperatura máxima indicada en la etiqueta. Algunas recomendaciones aconsejan tratarlos como las toallas: los lavados regulares y a alta temperatura los mantienen higiénicos.
Edredones o plumones
Cuándo: cada tres o cuatro meses, dependiendo del uso y de si hay mascotas o niños que compartan la cama.
Por qué: incluso con una funda, los aceites corporales y los ácaros acaban penetrando en el relleno.
Cómo: comprueba la etiqueta. Muchos edredones se pueden lavar a máquina, otros pueden requerir limpieza profesional.