Luego de ver a su padre diabético inyectarse por hasta cuatro veces al día por 15 años, el Dr. Anubhav Pratap-Singh decidió crear una cápsula de insulina que se consume por vía oral. Hasta ahora su investigación ha tenido resultados positivos.

Un grupo de científicos de la Universidad de la Columbia Británica (UBC, son sus siglas en inglés), liderado por el profesor Dr. Anubhav Pratap-Singh creó lo que sería la primera cápsula de insulina que podría reemplazar a las inyecciones. La idea, dijo el académico, vendría de su padre diabético.

Aunque la investigación se encuentra en proceso de ensayos, estos han mostrado positivos resultados.

Fue gracias al diagnóstico de diabetes de su padre que Anubhav decidió crear este nuevo formato del fármaco. El científico dijo en una nota de prensa publicada por la UBC que ver a “padre diabético que se ha estado inyectando insulina 3 y 4 veces al día durante los últimos 15 años”, fue la principal motivación de su creación, la cual podría beneficiar a millones de personas que comparten el diagnóstico.

¿Cómo funciona la cápsula de insulina?

Al ser un medicamento oral lo lógico es pensar que esta cápsula se debe tragar ayudado con un vaso de agua, sin embargo, esta no es la situación.

De acuerdo al investigador, se trata de una tableta de disolución bucal. El fármaco en cuestión se disuelve cuando se coloca entre la encía y la mejilla, donde debe permanecer hasta se diluya por completo.

Una vez sucedido esto, la membrana delgada que se encuentra dentro del revestimiento de la mejilla interna y la parte posterior de los labios (también conocida como mucosa bucal) “guarda” el compuesto, el cual continúa viajando por el tracto digestivo hasta llegar al hígado cuando se traga salida.

De esta forma se administra toda la insulina al hígado sin desperdiciarla ni descomponerla en el camino, explicaron los autores.

Insulina oral

En comparación con otras tabletas de insulina, la de la universidad canadiense comparte más similitudes con las inyecciones, esto ya que “se absorbe después de media hora y puede durar de dos a cuatro horas”, describió su compañero de investigación, Dr. Alberto Baldelli.

No obstante, este método de suministrar el medicamento sería más beneficioso para el cuidado del medioambiente que una inyección: “Más de 300,000 canadienses tienen que inyectarse insulina varias veces al día”, dice el Dr. Pratap-Singh.

“Eso es una gran cantidad de desechos ambientales de las agujas y plástico de la jeringa que podrían no reciclarse e ir al vertedero, lo que no sería un problema con una tableta oral”, afirmó.

Además de esto, sería mucho más barata y, por tanto, rentable de producir. “El objetivo es reducir el costo de la insulina por dosis, ya que su alternativa oral podría ser más barata y fácil de hacer. El transporte de las tabletas sería más fácil para los diabéticos, que actualmente tienen que pensar en mantener sus dosis refrigeradas“, cerró.