En el marco de la celebración del día del mejor amigo del hombre, analizamos la Ley de Tenencia Responsable de Mascotas y la puesta en marcha de la nueva Ley de Copropiedad Inmobiliaria.

El viernes 21 de julio fue el Día del Perro. Solo discutida por los gatos, la posición como mascota favorita por lo general ha sido otorgada a nuestros amigos caninos. Desde la época de las cavernas se ha creado una relación simbiótica entre ambas especies, donde ellos nos entregaban su protección y nosotros los alimentábamos y otorgábamos refugio. Pero todo eso mutó a una relación mucho más profunda, de amor incondicional y recíproca.

Últimamente en nuestro país se han dado diversos momentos donde los perros y, particularmente, su tenencia y cuidado por parte de las personas, ha estado en el primer plano de la opinión pública.

Por un lado, debido a ciertas situaciones en donde comunidades de edificios prohibían la tenencia de mascotas a algunos inquilinos, en abril del año pasado entró en vigencia la nueva ley de copropiedad inmobiliaria. Esta consagra en su artículo 8 que el reglamento “no podrá prohibir la tenencia de mascotas y animales de compañía por parte de copropietarios, arrendatarios u ocupantes del condominio, dentro de las respectivas unidades”.

Imposible no mencionar, además, a la llamada Ley Cholito, que obliga a la tenencia responsable, tanto a ejercerla como a exigir ejercerla. Pero ¿cómo podemos efectivamente ponerla en práctica?.

Existen distintas formas, y entre las más importantes se cuentan visitas frecuentes al veterinario, dedicar tiempo de calidad a nuestros perros o brindarles condiciones para que su vida sea óptima en cuanto a ejercicio o paseos, espacio donde viven, alimentación adecuada, aseo y entrenamiento o estímulos cognitivos diarios.

Siguiendo estos datos y, lo más importante de todo, entregándoles mucho amor y el respeto que se merecen a nuestros perros todos los días, podremos celebrar muchos otros días juntos.

Nuestra sección de OPINIÓN es un espacio abierto, por lo que el contenido vertido en esta columna es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial de BioBioChile