Esta columna tiene tres inicios. Pido por anticipado las disculpas por la morfología del texto.
Inicio de columna 1
La estrategia de desviar la atención pública a otra causa judicial o escándalo cuando se está involucrado en un problema grave es ampliamente reconocida y estudiada en el ámbito de la comunicación de crisis, tanto en política como en gestión reputacional. En comunicación de crisis, esta táctica aparece con distintos modos:
-
• “Desviación de agenda” y su versión más pedestre “la cortina de humo”. En el marco de esta última fórmula la más eficaz es la “estrategia de distracción por escándalo”
• “Cambio de narrativa” (la más compleja y de mayor valor político)
Bennett y Entman han explicado cómo las élites políticas y los actores en crisis utilizan eventos “mediáticos” paralelos para redirigir la atención. En este marco es fundamental como base teórica McCombs y Shaw quienes en 1972 presentaron su teoría de la agenda setting, en la que se señala que no se puede controlar lo que piensa el público, pero sí sobre qué piensa. Es decir, ante un problema reputacional, buscar incrementar el impacto de otro caso es útil. Coombs reconoce que es potencialmente antiético, pero a decir verdad poco importa aquello en el espacio político.
*Guarde cuidadosamente lo hasta aquí expresado en un cajón cercano. Lo usaremos en unos minutos.
Inicio de columna 2
Era el 7 de enero de este año cuando la PDI interceptó una conversación entre Miguel Crispi (todavía entonces jefe del segundo piso de La Monda) y su madre, Claudia Serrano, en la que él menciona que la exsenadora Isabel Allende presionó para agilizar la compra de la casa de su padre, Salvador Allende.
Esta conversación fue considerada un “hallazgo casual relevante” por la PDI y llevó a la apertura de una investigación penal por presunto tráfico de influencias contra Isabel Allende.
La conversación ha sido presentada como un diálogo entre una madre y su hijo político que le entrega una información oficiosa e interesante: la senadora Allende habría intentado influir en apurar la venta de la propiedad. El museo para Salvador Allende en su casa de Providencia se convertía así, ya no en un homenaje, sino en un negocio lucrativo rodeado de presiones de una importante y emblemática senadora. ¿La prueba? La conversación de una madre y su hijo, este último con información en el gobierno.
Hasta ahora, para mi enorme sorpresa, no se ha reparado en la calidad de la prueba (discreta) ni en la calidad de los involucrados (con evidentes velas en este entierro). ¿Es una conversación de familia? Sí, pero una familia donde se cumplen dos condiciones: alta presencia de intereses políticos y dos miembros de la familia con problemas judiciales en el instante de esta conversación. Un breve currículum de la madre de Miguel Crispi, de su tía y de él mismo ayudarán a comprender mejor el escenario.
Claudia Serrano es la madre de Miguel Crispi, pero su carrera fue muy importante en cargos de confianza de altas autoridades. De hecho, ha ostentado cargos más altos que Crispi. Desde 1990 ha ocupado cargos de jefaturas de unidades en instituciones públicas, llegando a ser subsecretaria y ministra. También fue embajadora ante la OCDE en el segundo gobierno de Bachelet.
Por su parte, su Hermana Verónica Serrano tuvo el cargo de secretaria ejecutiva del directorio de obras Bicentenario. Fue directora nacional de arquitectura del MOP y jefa del Programa de Asentamientos Precarios del MINVU. No obstante haber tenido problemas en este último cargo, hoy ejerce en el sector público como Coordinadora Interministerial del programa Nueva Alameda.
Miguel Crispi asumió en el año 2014 como asesor en el Ministerio de Educación, luego diputado, subsecretario de desarrollo regional (hasta septiembre de 2022) y finalmente fue nombrado jefe de asesores del “segundo piso” en La Moneda.
Se puede señalar, con razón, que esto es simplemente una manifestación del concepto de ‘reproducción de las elites’. Pero el asunto se complica cuando vemos en qué escenario se encuentra esta familia:
-
a) Miguel Crispi está siendo investigado por su posible implicación en la aprobación de convenios irregulares entre el Gobierno Regional de Antofagasta y la Fundación ProCultura.
-
b) Verónica Serrano, tía de Crispi, está siendo investigada por su papel en la firma de convenios con la Fundación Democracia Viva. Se alega que presionó para acelerar la firma de estos convenios sin los controles adecuados.
Vamos al detalle. Las transferencias aprobadas por Miguel Crispi (vinculadas a la Fundación ProCultura) y por Verónica Serrano (vinculadas a la Fundación Democracia Viva), presentan irregularidades graves en relación con los estándares habituales de convenios entre el Estado chileno y fundaciones. Hay varios rasgos que hacen pensar que se trata de situaciones especialmente irregulares.
En primer lugar, montos iniciales sin respaldo:
-
• Fundación ProCultura (caso Crispi): recibió 630 millones de pesos con transferencias iniciales de alto monto sin informes de avance ni rendición previa, lo que contraviene prácticas administrativas estándar.
• Democracia Viva (caso Serrano): recibió 426 millones de pesos también con pagos adelantados sin verificar capacidad técnica ni experiencia en los territorios donde operarían.
En procedimientos normales, los pagos se fraccionan y se condicionan a informes técnicos, aprobaciones financieras y verificación de ejecución. A la irregularidad de pagos sin respaldo se suma, como segundo punto, el salto en la línea jerárquica. Y es que, en ambos casos, las transferencias fueron autorizadas sin pasar por las etapas regulares de revisión técnica, jurídica y presupuestaria. La tía de Crispi habría presionado para que los convenios se firmaran rápidamente, incluso en tiempo récord, lo que fue detectado como anómalo por la fiscalía. Por decirlo así, la tía de Miguel Crispi habría ejecutado algo parecido a lo que se señala que habría ejecutado Isabel Allende según Crispi.
En tercer lugar, ambas fundaciones tenían vínculos personales o políticos con quienes gestionaban o aprobaban los fondos. Por un lado, Democracia Viva estaba relacionada con militantes de Revolución Democrática en Antofagasta. Y, por otro lado, ProCultura contaba con cercanía al círculo de asesores presidenciales. Estas relaciones no impiden legalmente una transferencia, pero deben ser declaradas y evaluadas por potencial conflicto de interés. En estos casos, no se realizó esa evaluación.
En cuarto lugar, se detectó ausencia de control ex ante y ex post. Y es que la Contraloría y el Ministerio de Vivienda confirmaron que no se exigió ni validó experiencia previa, ni se realizó una revisión adecuada de los proyectos presentados. Tampoco se exigieron avances concretos antes de realizar nuevos pagos.
En resumen, la conversación de Crispi con su madre no es solo eso. Y es que al menos hay que sumar dos características más:
-
a) Que se trata de la conversación entre un político con gran poder vigente en ese instante (principal asesor del Presidente), con su madre, que fue ministra y tiene gran influencia en la izquierda concertacionista. Ambos por lo demás, son políticos profesionales de toda la vida y son reconocidos por su capacidad como operadores políticos.
b) Se trata de la conversación entre dos personas de una familia en riesgo. Crispi perdería su trabajo pocos días después (solo tres días después) y obviamente sabía que su situación era precaria. Pero peor aún, él y su tía están en el corazón de la crisis de las fundaciones: los dos casos emblemáticos que pueden haber significado desvío de recursos hacia proyectos políticos afines al gobierno tienen a la familia Crispi Serrano de protagonistas.
*En otro cajón, distinto al primero, guarde esta información.
Inicio de columna 3
¿Qué está detrás de la filtración de la conversación de Crispi con su madre? ¿Es el caso Allende lo que está de soporte de esta historia? ¿O es el caso de la propia familia y sus entuertos judiciales?
Tratemos de comprender la verosimilitud de la historia. Para ello revisemos fechas.
31 de diciembre de 2024: El Gobierno de Chile anuncia la compra de la casa de Salvador Allende, ubicada en Guardia Vieja 392, con la intención de convertirla en un museo.
3 de enero de 2025: El Ministerio de Bienes Nacionales paraliza la compra tras detectar que entre los propietarios se encontraban la senadora Isabel Allende y la ministra de Defensa, Maya Fernández, lo que constituía una inhabilidad legal para celebrar contratos con el Estado.
7 de enero de 2025: La senadora Isabel Allende emite declaraciones públicas defendiendo la integridad de su familia y asegurando que nunca han estado involucrados en conflictos de intereses.
7 de enero de 2025: Se intercepta la conversación telefónica entre Miguel Crispi y su madre, Claudia Serrano, en la que Crispi menciona presuntas presiones de Isabel Allende para concretar la compra de la casa.
8 de enero de 2025: La Fiscalía abre una investigación penal de oficio por presunto tráfico de influencias, basándose en la conversación interceptada.
Pero reconstruyamos un poco más el caso.
Aunque la Fiscalía no está obligada a notificar inmediatamente a una persona que está siendo indagada en calidad de testigo o eventual imputado, los medios reportaron desde noviembre de 2024 que Crispi sería citado a declarar y que la Fundación ProCultura estaba bajo investigación formal. La propia Subsecretaría de Vivienda había entregado antecedentes a la Fiscalía sobre los convenios, y él era mencionado en documentos oficiales.
En diciembre de 2024 el Gobierno intentó evitar que Crispi asistiera a la Comisión Investigadora del Congreso, lo cual reforzó la percepción pública y privada de que su rol era sensible legalmente. Si el entorno presidencial actuaba en modo defensivo, es muy probable que él tuviera conocimiento de la creciente exposición judicial.
Crispi recurrió al abogado Luis Hermosilla, conocido penalista, en el segundo semestre de 2023, lo que indica que ya se estaba preparando para enfrentar una causa penal. Esto sugiere que conocía al menos informalmente que estaba siendo indagado o que sería objeto de acciones fiscales. El trabajo de Hermosilla cesó cuando se conoció la grabación que abrió una enorme crisis para el abogado y que lo ha tenido en la cárcel por largos meses.
Es decir, es muy probable que Crispi supiera -o al menos sospechara- que estaba siendo investigado por la Fiscalía cuando mantuvo la conversación telefónica sobre Isabel Allende. Y por tanto sospechaba que sus conversaciones podían estar siendo intervenidas. Esto abre la posibilidad de que la conversación no haya sido del todo espontánea y que se haya producido con conciencia de estar siendo escuchado, lo que da sustento a la hipótesis de desviar la atención pública.
Por cierto, dado el protocolo que otorga el permiso para la interceptación de un teléfono, esta medida fue autorizada judicialmente, lo que implica que ya era objeto de una investigación formal por la Fiscalía al menos desde principios de enero o fines de diciembre de 2024. Aunque esta información no se hace pública en tiempo real, en ambientes políticos de alta exposición es muy común que las personas perciban o sean advertidas indirectamente de que están bajo observación.
*Abra el último cajón de su escritorio y guarde esta información. La necesitará pronto.
La magia del método Hermosilla
Al analizar las fechas clave, se observa que la conversación telefónica entre Miguel Crispi y su madre, interceptada el 7 de enero de 2025, coincide con un período en el que Crispi enfrentaba una creciente presión judicial y mediática debido a su implicación en el Caso ProCultura, una de las aristas más relevantes del Caso Convenios. La investigación que involucraba a su tía seguía adelante también.
La referida conversación se produjo en un contexto en el que Crispi estaba en los días más desesperados, ya que era evidente que podía perder su cargo, por el cual había luchado largos meses para evitar salir de la zona de influencia en la que estaba. Tenía razón en preocuparse: la caída de una persona poderosa tiene un efecto demoledor para él y su entorno. Las lealtades merman, el mundo se organiza de nuevo, pero sin aquellos que solo traen problemas.
Crispi se defendía con dientes y muelas. En medio de días ajetreados y, por qué no, desesperados; tenemos que imaginar (eso nos pide la situación tal como se nos ha planteado) que madre e hijo se pusieron a conversar sobre el caso Allende y no sobre sus propios problemas que afectaban gravemente a la familia. La ministra de bienes nacionales había sido despedida el día antes, tratando de controlar la hemorragia.
El gobierno tenía dos flancos abiertos: El caso de los Crispi Serrano y el caso Allende. Crispi prefirió hablar con su madre del otro caso. Cabe preguntarse ¿por qué no se mencionaron nombres de quienes habrían recibido las llamadas? ¿Ha estado Crispi dispuesto a declarar ante fiscalía para decir a quiénes él sabía que llamó Allende? Son buenas preguntas de las que aún no sabemos nada.
No hay pruebas concluyentes de que Crispi haya buscado intencionalmente desviar la atención de su caso mediante esta conversación. Ahora bien, la coincidencia temporal y las consecuencias políticas sugieren que la filtración de la llamada tuvo un impacto significativo en el curso de las investigaciones y en la opinión pública.
Pero, ¿de verdad es posible que esto haya sido una operación?
Las operaciones de distracción no solo existen, sino que son habituales. Y los mayores expertos en Chile y en nuestra época son los hermanos Hermosilla. Si hay algo que cabe reconocerles ha sido su astucia para mantener un caso altamente escandaloso en su mínimo probable. Los Hermosilla lo han hecho muchas veces durante el caso que afecta a Luis. Para que funcione, han combinado los siguientes factores que la literatura especializada recomienda para gestionar el asunto:
-
• Alta exposición mediática del actor al que se desea desviar la atención del caso problemático (en este caso, lo que permite pasar del caso de Crispi al de Allende).
• Vulnerabilidad narrativa en otro actor público (como el caso de Isabel Allende).
• Temas que apelan al simbolismo político (como el patrimonio de Salvador Allende).
• Medios dispuestos a amplificar el nuevo tema, dado que cumple el carácter noticioso.
Además, es eficaz cuando el nuevo foco tiene un alto potencial polarizante.
¿Cómo podemos caracterizar el método Hermosilla?
Su forma de operar ha sido asociada a un manejo profundo del ciclo noticioso, combinando prensa, recursos judiciales y actores externos para diluir foco y ampliar las “ventanas de distracción”.
Sus acciones muestran un amplio repertorio. En noviembre de 2024, la diputada Maite Orsini declaró ante la Fiscalía Regional Metropolitana Oriente en el marco de las investigaciones por presuntas violaciones cometidas por su expareja, el exfutbolista Jorge Valdivia. Orsini fue citada para establecer una cronología de eventos y aportar antecedentes sobre el comportamiento del imputado. En paralelo, se registró un incidente en tribunales entre Paula Vial y Juan Pablo Hermosilla, hermano y abogado defensor de Luis Hermosilla, quien representaba a una de las denunciantes de Valdivia.
La denunciante inicialmente estuvo representada por el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (SernamEG), pero posteriormente optó por contar con la defensa de Hermosilla. Sin embargo, en abril de 2025, la denunciante expresó su descontento con la representación de Hermosilla, acusándolo de no brindarle el apoyo necesario y de proteger a sus contactos. Como resultado, el SernamEG retomó su defensa legal.
Para decirlo en simple, a Hermosilla le interesó el caso de la posible víctima de Valdivia en un instante y luego ya no. La coincidencia temporal entre la exposición mediática del caso Valdivia-Orsini y las audiencias judiciales de Luis Hermosilla resultan llamativas.
También Juan Pablo Hermosilla representó legalmente a Raffaella di Girolamo, quien presentó una querella por presunto abuso sexual contra el actor Cristián Campos, casó que estalló (como mostramos en columna anterior) justo en un instante de riesgo para Luis Hermosilla. La denuncia fue interpuesta en marzo de 2024 (cuando el caso Hermosilla ya estaba abierto), alegando que los hechos ocurrieron cuando Raffaella era menor de edad y Campos era pareja de su madre, la actriz Claudia di Girolamo.
Hermosilla asumió la representación de Raffaella a través de la Fundación para la Confianza, una organización dedicada a la defensa de víctimas de abuso sexual. Durante el proceso judicial, el abogado destacó que, aunque los delitos denunciados estarían prescritos, el objetivo principal era establecer judicialmente la veracidad de los hechos.
En sus declaraciones, Hermosilla comparó este caso con el del sacerdote Fernando Karadima, señalando que lo relevante es que el tribunal determine si los hechos ocurrieron, independientemente de la posibilidad de una condena penal debido a la prescripción.
La investigación fue cerrada en enero de 2025 por el 34.º Juzgado del Crimen de Santiago, y se anticipa un posible sobreseimiento de Campos por prescripción. Hermosilla expresó que, más allá del resultado procesal, lo importante es que el juez evalúe adecuadamente los antecedentes recopilados para establecer la verdad de los hechos.
Miguel Crispi
Está claro que un mecanismo central de gestión de la crisis judicial por parte de los abogados Hermosilla consta del esfuerzo por modificar el foco de atención. Y está claro que Miguel Crispi tuvo la asesoría de Luis Hermosilla. Y está claro que conoció latamente a los hermanos Hermosilla porque Crispi era cercano a un hijo de Luis Hermosilla. Hay diversas referencias al grado de compromiso existente entre Miguel Crispi y la familia Hermosilla.
Si la jugada fue intencional, el resultado ha sido positivo para Crispi: fue visto por la prensa como una prueba contra Allende (aunque sea un ‘dicen que dicen’), permitió una desviación del equipo investigador de Crispi hacia otro caso y desvió la atención.
Usted dirá con razón: es una filtración, no la puede controlar Crispi. Es probable que sea difícil, aunque no es imposible. Pero lo interesante es que el acto funciona bien incluso sin que se hubiera filtrado la conversación: bastaba con llenar de posibles agravantes al caso de Isabel Allende.
Además, hay intereses políticos. Miguel Crispi y los principales líderes tácticos del Frente Amplio (grupo que no incluye al Presidente) siempre han sabido que la disputa de votos es entre el Partido Socialista y el Frente Amplio. El hundimiento de Isabel Allende y la errática candidatura presidencial del partido, benefician en lo relativo a la gestión del ‘sector’ al Frente Amplio.
Es importante señalar que la escuela de los Hermosilla ha generado seguidores y, quién sabe, discípulos.