En materia productiva tenemos un gran camino por delante, pero la generación de puestos de trabajo no solo apunta al desarrollo de un sector, sino que nos exige otros desafíos como la seguridad social.
En el último boletín trimestral de empleo del INE, que comprende el período enero-marzo, la región del Biobío marcó un 9% de desocupación, una cifra en línea con la tasa nacional. Con este antecedente en la mesa, recordamos nuestra preocupación del año 2024 tras el cierre de la siderúrgica Huachipato y las proyecciones de un aumento del desempleo muy por sobre los dos dígitos al tercer mes de este 2025. Hoy los indicadores muestran lo contrario, creemos gracias al trabajo de todos y todas: el gobierno nacional y regional, los gremios empresariales, los sindicatos y la academia, entre muchos otros actores que son parte del Plan de Fortalecimiento Industrial.
Responsabilidad compartida y políticas activas
Sin embargo, no estamos conformes por esta cifra. Biobío puede y merece más. Por ello trabajamos día a día para que se dinamice la economía de la región, con un aumento en la inversión privada que pueda transformarlos en empleos de calidad, para las y los trabajadores. No es casualidad que una de las piedras angulares de este plan sea la Mesa por la Defensa del Empleo: un actor clave y representativo de gran parte del mundo sindical de las principales industrias y actividades comerciales del Biobío.
Las medidas más urgentes de esta iniciativa público – privada están centradas en un concepto que es clave en política: la responsabilidad. No solo a la hora de hacerse cargo, sino también de conocer las necesidades de todos los sectores involucrados en la generación de fuentes laborales, de manera de articular y proyectar soluciones en conjunto.
En ese sentido, el plan gubernamental reafirmó esta mirada de contención para la fuerza laboral derivada de la siderúrgica, a través de todos los instrumentos del Estado, como la retención laboral y el fomento a la contratación. Además, contempla la inversión de mil 200 millones de pesos en capacitación mediante cupos del Sence, junto con la creación de la nueva Agencia de Intermediación Laboral, plataforma que busca seguir fomentando la creación de nuevos empleos formales y acompañar a extrabajadores de Huachipato.
Estamos conscientes que no es suficiente con subsidios, capacitaciones y ferias laborales; ni podemos ser autocomplacientes con mantener una cifra de desempleo en el promedio nacional. También se deben aunar voluntades para que la inversión privada pueda concretarse, porque sabemos que esa es la clave para tener una región más pujante, con más y mejores puestos de trabajo, para que sean las familias del Biobío las que puedan aspirar a mejores ingresos y finalmente, puedan percibir en sus propios hogares el desarrollo y el crecimiento de la economía local.
Un llamado a la unidad para empujar el desarrollo
Desde lo público y con una mirada de largo plazo, los planes de Emergencia Habitacional y Más Movilidad con sus presupuestos millonarios han movido la aguja no solo del empleo, sino también del sector construcción, lo que ha permitido su repunte con proyectos por US$22 millones este año. Además, el rubro energético, ha concretado iniciativas por US$95 millones en los últimos tres años, y en carpeta se encuentran parques eólicos y otros proyectos por US$3.600 millones. Asimismo, desde Corfo nos encontramos impulsando licitaciones para una industria que puede plasmarse como una nueva matriz productiva como el hidrógeno verde y que converge con las aristas del Plan de Fortalecimiento Industrial.
En materia productiva tenemos un gran camino por delante, pero la generación de puestos de trabajo no solo apunta al desarrollo de un sector, sino que nos exige otros desafíos como la seguridad social. La Reforma de Pensiones, el alza sostenida del sueldo mínimo o la Ley 40 Horas han sido un corolario de lo que buscamos como Gobierno: un crecimiento sostenible con fuentes laborales de calidad y que se proyecten como una estructura sólida que nos permita reimpulsar a la región, con más inversión privada y pública, con más seguridad social y bienestar para los trabajadores/as.
Este es un año con evidentes desafíos en la economía internacional, por ello he señalado con mucha fuerza que, más allá de nuestra legítimas diferencias y opciones, sigamos trabajando en la mayor unidad posible, con un solo objetivo: más trabajo, inversión y seguridad social para los habitantes de esta hermosa región.
Como he señalado de manera insistente, en Biobío no sobra nadie, todos y todas tenemos que empujar el carro del desarrollo económico y social.