El alcalde de la ciudad patagónica, Claudio Radonich, explicó que los encargados del local serían dos hermanos, ambos de nacionalidad extranjera.

Un local clandestino nocturno de venta de alcohol y con cobro de entrada, quedó al descubierto esta semana, tras diferentes denuncias de agresiones, golpizas y ruidos molestos por parte de vecinos y algunos comensales del mismo recinto en Punta Arenas.

Todo comenzó este miércoles, a eso de las 7 de la mañana, cuando se registraron distintas denuncias por parte de vecinos por ruidos molestos en calle Ignacio Carrera Pinto, en la capital de la Región de Magallanes, apuntando a un inmueble que funciona como local nocturno clandestino.

En respuesta a estas denuncias, personal de Seguridad Ciudadana, perteneciente a la Municipalidad de Punta Arenas, acudió hasta el sector, percatándose de que al interior del inmueble se estaba realizando una fiesta. Pero, como ha sucedido veces anteriores en este mismo local, al llegar personal de seguridad, fueron detectados por cámaras exteriores, por lo que procedieron a apagar la música y evitar la fiscalización.

No obstante, los funcionarios municipales en esta ocasión no abandonaron en el sitio, hasta que comenzaron a escuchar gritos de auxilio desde el interior. Alejandro Tobar, jefe de Seguridad Ciudadana de Punta Arenas, relató el procedimiento.

“Pasados unos 20 minutos, se empiezan a escuchar gritos del interior del local. En ese momento, salen dos parejas, presumiblemente de pololos, que salen llorando, pidiendo auxilio que estaban siendo golpeados al interior del local y que los regentes, de nacionalidad extranjera, no les permitían la salida a ninguna persona y los estaban golpeando adentro derivado de que estábamos nosotros en proceso de fiscalización”, continuó”, detalló el trabajador.

Posteriormente, continúa el relato, alrdedor de 5 minutos depués, abandonaron el lugar otros dos ciudadanas, quienes venían llorando. Ellas se acercaron a la patrulla municipal, informando que habían sido agredidas y que “continuaba la agresión adentro”. Además, detallaron que en el recinto “había una amiga de ellas que fue golpeada, que estaba tendida en el suelo y con una crisis de pánico. Paralelamente, se había llamado a Carabineros para que concurriera al sector”.

Pero ahí no terminó la jornada, ya que pasado otros cinco minutos, se abrió la puerta “de este clandestino y en una estampida, salen arrancando alrededor de 40 a 45 personas del interior en distintas direcciones. De esa estampida, se acercaron nuevamente dos ciudadanos más, que manifestaban haber sufrido agresiones al interior del local”, resumió Alejandro Tobar.

El alcalde de Punta Arenas, Claudio Radonich, se refirió a este procedimiento y la situación problemática de los locales clandestinos en la ciudad. El jefe comunal explicó que los encargados del local serían dos hermanos, ambos de nacionalidad extranjera, que han estado involucrados con otros locales nocturnos con anterioridad.

Respecto de la posibilidad de clausurar estos locales, el alcalde señaló que “no lo podemos clausurar, porque esto es un clandestino. Y lo que hemos hecho, ya no es una vez, sino varias veces, es pedir al Juzgado de Policía Local que se genere una orden para poder ingresar. Como es un clandestino, es como una casa, por tanto, yo no puedo ingresar por la fuerza pública, salvo un delito en flagrancia dentro del local”.