Pactos y "pirquineo" de votos: la intensa carrera entre oficialismo y oposición para liderar la Cámara

Con una mayoría numérica que no garantiza el control político, las derechas enfrentan un escenario aún abierto en la disputa por la mesa de la Cámara de Diputadas y Diputados, donde el tradicional “pirquineo” de votos, las negociaciones cruzadas y eventuales pactos inesperados mantienen en vilo a oficialismo y oposición, en una carrera donde Jorge Alessandri asoma con ventaja, pero el progresismo aún mueve sus cartas, incluso evaluando alianzas con el PDG y Pamela Jiles como eventual presidenta.

La carrera está abierta. Pese a que la oposición tiene 76 votos en la Cámara de Diputadas y Diputados, la disputa por el acuerdo administrativo aún no está cerrada.

Las derechas le abrieron la puerta al progresismo, al definir que su camino no podía depender de los 14 votos del Partido de la Gente. El nombre de Pamela Jiles -candidata del partido de Parisi- genera anticuerpos en el sector y se ha hablado incluso de ‘vetos’ a su nombre.

La táctica elegida es buscar los dos votos ‘descolgados’ que les faltan para llegar a los 78 necesarios para obtener la mesa y diseñar la repartición de comisiones.

Mientras Republicanos y Chile Vamos buscan pirquinear a independientes del ala progresista, las izquierdas buscan bloquear esas fugas ofreciendo contraofertas en cupos de comisiones.

Pactos y “pirquineo” de votos: La carrera abierta por el control de la Cámara de Diputados

La oposición -que puso como punta de lanza de las tratativas al RN José Miguel Castro- fue por diputados como Carlos Bianchi, Jaime Mulet y René Alinco, con quien Castro tiene una relación de amistad.

El diputado republicano, Benjamín Moreno, uno de los integrantes del equipo negociador de las derechas, dijo no renunciar a la idea de un acuerdo ‘más amplio’ y dijo que tendrán ‘generosidad’ en la entrega de cupos.

Dicho acuerdo apunta a la creciente posibilidad de que el candidato de la UDI, Jorge Alessandri, termine convirtiéndose en la carta para ser el primer presidente de la Cámara, en el gobierno de José Antonio Kast.

Esto obligó a republicanos a repensar sus pretensiones, porque existía la clara intención de que Agustín Romero presidiera la corporación.

El diputado electo de la UDI, Jaime Coloma, dijo que el gremialismo seguirá impulsando el nombre de Alessandri.

El progresismo se abre a pactar con el PDG

Por otro lado, las fuerzas de la futura oposición no se han rendido. De hecho, ya tienen un grupo de WhatsApp, en cada bancada hay encargados de las conversaciones y ya existe un diseño para llegar a los 79 votos.

El jefe de bancada del PPD y principal negociador del bloque, Raúl Soto, lo llama ‘el Plan A’. Desde el día después de las elecciones parlamentarias, Soto tomó la iniciativa de intentar replicar el rol que tuvo hace cuatro años, en el que pactó con el PDG y fue el primer presidente del período.

Internamente, en la futura oposición no tienen problemas en apoyar a Pamela Jiles para llegar a la presidencia. Esta postura fue conversada entre actores del PPD y el Frente Amplio de manera informal en noviembre y privadamente la han impulsado como sector.

Al respecto, Soto dice que ve ‘bastante viabilidad’ para pactar con el PDG.

En ese sentido, las declaraciones del presidente de la UDI, Guillermo Ramírez, han sido calificadas como un ‘error táctico’ tras asegurar que los ‘votos ya están’.

La clave de la táctica de quebrar a las izquierdas, depende de que los nombres que apoyen al futuro gobierno no se conozcan. Revelarlos los expone a los esfuerzos del progresismo por frenar esos apoyos.

Una de las jefas de comité del Frente Amplio, Lorena Fríes, calificó como ‘apresuradas’ las declaraciones de Ramírez.

El factor “Pamela Jiles”

Según ha trascendido, se reúnen por Zoom todos los domingos a las 18:00 horas y dentro de todas sus definiciones, una se ha mantenido intocable: Pamela Jiles es su única candidata a la mesa.

De hecho, si el nombre llegara a ser vetado, el PDG no descartaría anular y desmarcarse de cualquier acuerdo administrativo.

Patricio Briones, diputado electo del PDG, reconoce que las posturas deberían revisarse porque también dependen ‘de otros actores’.

En la centroizquierda, también existe un ‘Plan B’. La hipótesis es que si no existe viabilidad para evitar el triunfo de las derechas, se puedan activar conversaciones para que partidos como la DC, el PPD y el PDG ingresen a un acuerdo transversal con la derecha.

Nunca ha existido desde el retorno de la democracia un acuerdo administrativo total y esta vez no será la excepción. Si este escenario se llegara a materializar, el PC y el Frente Amplio no figuran en él.

Desde el 5 de enero comienza un intenso mes de tratativas que ofrecerá nuevos descuelgues y condiciones, recordando, por ejemplo, que las bancadas aún no se han sincerado las propuestas finales de comisiones para cada colectividad.