Un ataque terrorista de presuntos insurgentes contra un grupo de turistas en la región de Cachemira administrada por India dejó al menos 26 muertos y 13 heridos.
La masacre ocurrió mientras las víctimas paseaban por una pradera en las cercanías de Pahalgam, ciudad de unos once mil habitantes y emplazada a 95 kilómetros de la capital estatal, Srinagar.
“Estoy conmocionado. Este ataque a nuestros visitantes es una abominación. Los autores de este ataque son animales, inhumanos y dignos de desprecio”, señaló a través de sus redes sociales Omar Abdullah, jefe de Gobierno de Cachemira.
“Ninguna palabra de condena es suficiente. Envío mis condolencias a las familias de los fallecidos. He hablado con mi colega Sakina Itoo, ministra de Sanidad estatal, y se ha trasladado al hospital para supervisar los cuidados de los heridos”, agregó.
Por su parte, el ministro del Interior de India, Amit Shah, llegó ya hasta la región afectada y convocó una reunión con oficiales del Ejército, paramilitares y la Policía.
Si bien fueron enviados diversos miembros de las fuerzas de seguridad, hasta el momento no se ha reportado la detención de sospechosos.
Según detallaron algunos de los sobrevivientes al medio India Today, se encontraban recorriendo la zona cuando repentinamente aparecieron entre dos y tres insurgentes, quienes se acercaron para dispararles a poca distancia.
El primer ministro de la India, Narendra Modi, condenó “enérgicamente el ataque terrorista”, afirmando que “quienes están detrás de este acto atroz serán llevados ante la justicia”.
“La determinación de luchar contra el terrorismo es inquebrantable y se fortalecerá aún más”, sostuvo.
El ataque fue reivindicado por un pequeño grupo militante nacionalista conocido como Resistencia de Cachemira. Mediante un comunicado divulgado por Reuters, la agrupación armada expresó su descontento por el asentamiento de más de 85.000 “forasteros” en la región, lo que ha impulsado, afirman, un “cambio demográfico”.
De acuerdo a EFE, Cachemira es objeto de disputa entre la India y Pakistán desde la partición de ambos países del imperio británico en 1947, librando varias guerras y otros enfrentamientos de menor entidad por el control de este territorio.
Desde 1989 la región se ha sumergido en una revuelta armada contra el dominio de Nueva Delhi, un conflicto en el que han muerto decenas de miles de personas, mientras la India acusa a Pakistán de ser cómplice de la insurgencia aunque Islamabad lo niega.
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