Durante este fin de semana se celebran las elecciones generales en Chile. Por medio del voto popular se espera definir a los futuros diputados, senadores, consejeros regionales y presidente del país, o bien quién pasará a segunda vuelta.

Pero pese a que en Chile y en la gran parte de América Latina se escoge al jefe de Estado y de Gobierno por medio de elecciones populares, hay sectores del mundo donde el proceso electoral es diferente, tal y como es el ejemplo los Estados Unidos. Descubre aquí cuáles son las diferencias de estos procesos y si un modelo estadounidense podría llegar a funcionar en un país como el nuestro.

Este domingo 21 de noviembre se desarrollarán las elecciones presidenciales, parlamentarias y de consejeros regionales en Chile. Por medio del voto popular la ciudadanía elegirá al próximo mandatario para gobernar el país, a mano de las herramientas que brinda la democracia. Pero hay países donde los procesos electorales y los votos se cuentan de distinta manera, tal y como ocurre en Estados Unidos (EEUU).

Estados Unidos tiene uno de los sistemas electorales más complejos del mundo, al tratarse de un modelo indirecto.

Los sufragios de cada ciudadano no recaen directamente sobre un candidato particular, sino que van a un organismo superior: el Colegio Electoral. Esta entidad está conformada por 538 miembros y es -en definitiva- la encargada de decidir qué candidato es el ganador.

Pero ¿es éste necesariamente un sistema mejor diseñado? ¿Y sería esto aplicable en Chile? ¿Es siquiera una buena idea? BioBioChile se contactó con dos analistas políticos para resolver estas preguntas.

Un sistema electoral para elegir presidente

Francisco José Covarrubias, decano de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez con magíster en Ciencia Política, habló de la representatividad que tiene el voto estadounidense y su peso dentro de los resultados finales.

¿Se podría llegar a ver replicado un sistema electoral como el de EEUU en Chile? De ser así, ¿funcionaría?

Francisco: “El sistema que tiene EEUU es bien peculiar porque es algo que, en general, es muy poco usado en el mundo. Tiene ciertos problemas, ya que no necesariamente la representación social está de acuerdo con quien finalmente sale elegido”.

“Cada estado tiene una cantidad determinada de miembros del Colegio Electoral, definidos según su cantidad de habitantes, y en la mayoría de los estados el candidato que obtiene más votos se queda con la totalidad de los grandes electores”, agregó.

Según el analista, esto sería problemático en un estado unitario como lo es Chile, ya que Estados Unidos es una suma de distintos estados. Su situación demográfica hace que se tengan que privilegiar el tamaño de los estados, su importancia y algunos otros factores.

“Eso no es viable en un país como Chile. ¿Cómo podríamos determinar cuántos electores elige la región Metropolitana, en contra de cuántos electores elegiría Aysén, para finalmente tener un presidente?”, cuestionó Francisco Covarrubias.

Es por esto que varios países han optado por una elección directa de presidente, como son los regímenes presidenciales latinoamericanos, o un régimen parlamentario.

Este último caso consiste en que la población escoge a sus representantes en el Poder Legislativo y luego este organismo se encarga de escoger al jefe de la nación, normalmente bajo el cargo de Primer Ministro.

“Ese estatus intermedio yo no lo veo para nada posible de aplicar en Chile”, estimó el experto.

Representación de la ciudadanía

¿Resulta difícil entonces representar bien lo que quiere la ciudadanía respecto de un candidato con el sistema de Estados Unidos?

Francisco: “Exacto, porque se puede generar la discusión -que ya ha pasado- de que saque la mayor cantidad de votos una persona que finalmente no es elegida como presidente”. Por citar una experiencia reciente, este fue el caso de Hillary Clinton en 2016, cuando ganó el voto popular por sobre Donald Trump, pero perdió el voto electoral.

Agregó que: “en el caso de Chile, que sigue siendo un Estado unitario, lo lógico es que se sumen los votos de todas las personas y se termine eligiendo un presidente”.

¿Cuál es la diferencia de los demócratas y los republicanos respecto de lo que es la tradicional izquierda y derecha chilena?

Francisco: “Ese es un tema aparte, ya que en el fondo la existencia de solo dos partidos realmente con representación, es producto de tener un sistema parlamentario que es mayoritario”.

“Es decir, se castigan fuertemente a las minorías y muchas personas lo consideran como algo poco democrático, ya que quedan muchas voces excluidas del parlamento”, dijo.

Sin embargo, los sistemas mayoritarios -dice el analista- “terminan dando mucha más gobernabilidad a los países”. Un sistema como el chileno, “donde actualmente tenemos cerca de 20 partidos políticos, se hace -y lo hemos visto- casi ingobernable”, opinó.

“Italia llegó a tener creo que cerca de 100 partidos constituidos en algún momento y era la ingobernabilidad completa”, tachó el analista.

“Además, pasa que los partidos chicos o las personas elegidas por un partido determinado, tienen que comenzar a pactar con otros. Por lo tanto, se comienza a distorsionar a la persona que había votado por un candidato que lo representaba plenamente”, finalizó Covarrubias.

Mapa de Estados Unidos dividido por el Colegio Electoral y sus estados
Archivo

Diferencias entre Chile y Estados Unidos

Para explicar a fondo cómo logra funcionar el sistema estadounidense es que hablamos con Gonzalo Müller, director del Centro de Políticas Públicas de la UDD, quien explica el peso real de los votos.

¿Cómo funciona el sistema electoral presidencial de EEUU?

Gonzalo: “Los presidentes en Estados Unidos se eligen por voto indirecto, es decir, las personas no votan directamente por el candidato presidencial. Sino que votan por un representante que se compromete a votar por un candidato determinado”.

Esto es prácticamente un compromiso, potencialmente quebrantable, “pero con el paso del tiempo y sobre todo cuando uno mira las últimas campañas”, dice Müller, “prácticamente es un mandato el que recibe y no hay posibilidad alguna de que esta persona vote por alguien distinto a quien promovió”.

“Si alguien votó por Joe Biden, ese elector elegido para ir al Colegio Electoral, prácticamente tiene un mandato de que no pudiera moverse de ahí”, asegura. “Aunque, por principio, sí lo podría hacer y finalmente cambiar su voto”, agregó.

Por esto es que “se produce este fenómeno que es tan extraño para nosotros”, dice. Ya que el sistema indirecto es a través de Colegios Electorales, por medio de los estados que forman a los Estados Unidos.

El voto popular y el conteo de votos, no es necesariamente igual al conteo de los votos electorales por estado.

Es decir, alguien que pierda la elección de voto popular, podría ganar la elección de votos electorales, tal y como le ocurrió con la primera elección de Trump.

¿Lo votos de las personas finalmente no tiene el mismo peso como el voto electoral?

Gonzalo: “Estados Unidos es un estado Federal, por lo que se les da mucha relevancia a los estados miembros, así que lo que se hace a través de esto es que las elecciones por ejemplo, en las grandes ciudades, sería decisivas y nadie competiría en los estados más pequeños”.

“Lo que aquí (en los EEUU) se hace es tratar de corregir un poco esta proporcionalidad y darles más importancia a los demás territorios”, agregó.

Andrew Caballero-Reynolds | RFI

Modelo de Estados Unidos… ¿en Chile?

¿Esto se podría dar en Chile?

Gonzalo: “En nuestra cultura política, Chile -a diferencia de Estados Unidos- siempre ha elegido a su presidente por medio del voto popular. Por lo mismo sería algo muy difícil de hacer”.

“Nosotros hemos tenido diferencias históricamente en el padrón, el cual ha ido creciendo y que hoy se puede considerar como universal”, dice.

Todos los que cumplan con los requisitos “son parte de este y son la mayor parte de quienes tienen más de 18 años”, agrega.

En otros momentos de la historia no solo no votaban las mujeres, sino que “solo votaban los mayores de 21 años y no se permitía sufragar a aquellos que no sabían leer o escribir en un momento donde esto no era algo muy frecuente”, analizó Müller. Ello, ya que “había muchos requisitos que restringían al padrón”.

“Pese a esto, en un padrón más amplio o más pequeño, siempre se elegía al presidente de manera directa y por medio de mayorías, lo que está muy arraigado en nuestra cultura”, agregó.

“Yo creo que finalmente va en contra de la cultura política que hay en Chile en dos dimensiones. Una, porque estamos acostumbrados a elegir directamente a su presidente; y dos, que Chile no es un estado federal, es un estado unitario”, opinó el analista político.

Finalizó diciendo que “en el fondo, un voto en Punta Arenas, Curicó y Santiago valen lo mismo para la elección presidencial. ¿Por qué no los haríamos valer lo mismo?”