Dos de los miles de aficionados a la música que el año pasado pagaron miles de dólares para presenciar un festival de lujo en las Bahamas, pero en lugar de eso encontraron miseria, fueron indemnizados con cinco millones de dólares, aseguró uno de ellos.

Un juez de Raleigh, en Carolina del Norte, condenó a los organizadores del Fyre Festival a pagar a dos asistentes 1,5 millones de dólares a cada uno por la angustia mental y un millón más por daños punitivos, mucho más del mínimo solicitado.

Seth Crossno y Mark Thompson dijeron que desembolsaron 13.000 dólares con la promesa de un alojamiento exclusivo en una isla privada, pero terminaron en una carpa estilo campamento y se marcharon cuando se sintieron inseguros. El festival de lujo fue cancelado abruptamente y los asistentes fueron evacuados.

Billy McFarland, el empresario de 26 años que está detrás del Festival Fyre, se declaró a principios de año culpable de dos cargos de fraude electrónico relacionados con el evento.

Hay que recordar que el Fyre Festival fue un evento realizado en 2017 en la isla Bahamas de Gran Exuma, el que pretendía ser un festival de lujo. Sin embargo, la iniciativa contó con problemas de seguridad, comida, alojamiento y problemas con los artistas, quienes se encontraron con carpas y sándwiches, en vez de hoteles de lujo y comida gourmet, productos que estaban prometidos junto la costosa entrada.

Los organizadores del Fyre Festival recibieron ocho demandas, entre ellas, una que busca más de $100 millones por daños y fraude.