Este lunes Cecilia Bolocco se refirió al estado de su hijo Máximo Menem luego que el adolescente fuera sometido a una operación para extraerle un tumor cerebral.

“Yo pedí a la clínica que me diera esta instancia para poder estar con toda la prensa, con todos ustedes que han sido tan respetuosos y así agradecerles”, comenzó señalando en un punto de prensa en la Clínica Las Condes.

“Quiero agradecer a todos, las cadenas de oraciones, porque cuando yo entré al pabellón en dónde el doctor Concha junto a su equipo, y el doctor Rivera, lo operaron, sentí mucho amor, sentí que mi hijo estaba siendo protegido”, señaló con lágrimas en sus ojos.

“No me cabe ninguna duda que han sido todas las cadenas de oraciones que se llevaron a cabo desde el momento en que ingresó a pabellón”, sostuvo.

“Sentí que la Virgen lo protegió. Y que Jesús también intervino, a través del doctor y todo su equipo. Ellos estaban con una disposición que nunca vi. Me he sentido en la clínica (Clínica Las Condes) como si estuviera en mi casa”, aseveró.

“Hemos estado muy felices durante estos días, a pesar de que había una agonía por dentro. Pero mi única intención era mantener la calma para que Máximo estuviera confiado. Es muy difícil decirle a un niño de 14 años que va a ingresar a pabellón y que le tienen que sacar un tumor de su cabeza”, expresó la ex miss Universo, quien en ningún momento dejó de sujetar un rosario.

“Pero mantuvimos siempre la calma y él estuvo siempre contento hasta las 23:00 horas del día jueves, antes de su operación, muy feliz, rodeado de sus compañeros del colegio, profesores, de toda su familia, por supuesto. Así que estuvo muy contenido emocionalmente, y yo estoy convencida que ha sido por todo el cariño de todo un país, que nos ha apoyado con tanto amor”, contó.

Javier Salvo | Agencia UNO
Javier Salvo | Agencia UNO

“Y yo quise hacer esto porque no conozco a todo el mundo que me escribió, no conozco a todos los que rezaron por mi hijo. Y quiero que cada uno de ustedes sepan que estoy infinitamente agradecida. Este es el día más feliz de mi vida, y siento que hace 15 años salí de esta clínica con mi hijo en brazos. Pero hoy soy más feliz que aquel día, porque esto es un milagro, y es un milagro del amor y de las oraciones de tantos”, destacó.

“El doctor me iba informando de todo para que, dentro de esa agonía, estuviera tranquila. Lo vi (a Máximo) cuando lo llevaban a la primera resonancia magnética, que podía ser la primera porque si no se había logrado extraer todo el tumor, había que ingresarlo de nuevo a pabellón, lo que significaba abrir su cráneo por otra hora y media más, seguir operando y cerrar por otra hora y media más. Y no fue necesario porque el doctor hizo una operación mágica. Y yo lo vi (a Máximo) cuando lo sacaron de pabellón, y me permitieron darle un beso”, expresó.

“El doctor me dijo que no había que llevarlo nuevamente a pabellón, que se iría de inmediato a la UTI y que cuando despertara lo podría ver. Cuando abrió sus ojitos, me miró y me dijo: ‘¡Mamá, lo hice! ¡No me morí!”, reveló.