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Resumen automático generado con Inteligencia Artificial

Investigadores de la Universidad de Tianjin y la Universidad Meridional de Ciencia y Tecnología han logrado un avance notable al desarrollar un robot con un "cerebro" artificial creado a partir de células madre pluripotentes humanas. Equipado con un órgano cerebral cultivado en laboratorio y conectado a un chip de electrodos a través de una interfaz neural, el robot puede moverse, evitar obstáculos y manipular objetos, emulando funciones del cerebro biológico. Además, los científicos exploran el uso de ultrasonidos para mejorar el desarrollo de estos órganos cerebrales, lo que podría tener aplicaciones prometedoras en el tratamiento de trastornos neurológicos. Aunque es un avance significativo, se destaca que la tecnología enfrenta desafíos como la madurez de desarrollo y la nutrición insuficiente.

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Un equipo de investigadores de la Universidad de Tianjin y la Universidad Meridional de Ciencia y Tecnología ha dado un paso audaz en la integración de la biología y la robótica. Han creado un robot que funciona con un “cerebro” artificial desarrollado a partir de células madre pluripotentes humanas.

Según el South China Morning Post, este robot, equipado con un organoide cerebral cultivado in vitro y conectado a un chip de electrodos mediante una interfaz neural, puede mover sus extremidades, evitar obstáculos y sujetar objetos. Estas capacidades imitan algunas funciones del cerebro biológico, demostrando un avance significativo en el campo, consigna DW.

El experimento va más allá. Los científicos, en un artículo reciente publicado en la revista Brain de Oxford University Press, están explorando el uso de ultrasonidos de baja intensidad para mejorar el desarrollo e integración de los organoides cerebrales. Este enfoque podría abrir nuevas vías para tratar trastornos del neurodesarrollo y reparar daños cerebrales.

Los científicos lo describen este avance como el “primer sistema inteligente de interacción de información compleja cerebro-en-chip de código abierto del mundo”.

Investigación en Etapas Iniciales

Es fundamental mantener una perspectiva realista. Como señala New Atlas, las imágenes proporcionadas por los investigadores son maquetas o “diagramas de demostración de futuros escenarios de aplicación”. Li Xiaohong, de la Universidad de Tianjin, advierte que, aunque los organoides cerebrales son un modelo prometedor de inteligencia básica, la tecnología aún enfrenta desafíos como la baja madurez de desarrollo y el suministro insuficiente de nutrientes.

Este enfoque no es aislado. El año pasado, investigadores de la Universidad de Pensilvania insertaron neuronas humanas en el cerebro de ratas con la corteza visual dañada, logrando que algunas zonas respondieran a estímulos externos. Además, científicos japoneses han injertado piel humana viva en la cara de un robot humanoide, y el chip Neuralink de Elon Musk ha permitido el control de dispositivos electrónicos mediante la actividad cerebral.

A pesar de los recientes avances, el camino hacia la verdadera integración de tejido cerebral cultivado en laboratorio con sistemas robóticos aún es largo y está lleno de desafíos éticos y técnicos por resolver. Los investigadores mantienen un optimismo cauteloso sobre las aplicaciones futuras, incluyendo la posibilidad de reparar daños cerebrales en humanos, lo que podría beneficiar a pacientes que han sufrido derrames cerebrales.