En estos momentos la expedición Race for Water viaja rumbo a Talcahuano, donde tras una parada técnica, emprenderá rumbo hacia las islas Robinson Crusoe y de Pascua, como parte de su circunnavegación al globo que busca crear conciencia sobre la necesidad de detener la contaminación en los océanos.
Como una forma de dar el ejemplo ellos mismos, el catamarán está propulsado sólo con energías limpias como la solar, que a través de 500 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos, permite generar 93 kW de electricidad y mover los motores eléctricos del navío a una velocidad de 5 nudos.
Además de esa fuente de energía, la embarcación tiene una planta que convierte el agua en hidrógeno, lo que permite cargar sus baterías cuando las condiciones de radiación solar son desfavorables, con el fin de continuar la travesía.
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Por último, la nave dispone de una vela del tipo cometa que la mueve directamente, permitiendo ahorrar energía y usarla para cargar las baterías para cuando las condiciones de viento son desfavorables.
El uso de energías limpias en este viaje es una de las formas en las que la expedición Race For Water quiere destacar el urgente uso de energía limpia en todos los aspectos de la vida y alertar sobre la contaminación de los mares, especialmente de residuos plásticos.
Es por eso, que como parte de las actividades realizadas durante la travesía, están promocionando un nuevo sistema para convertir los residuos plásticos en energía, lo que podría revolucionar el reciclaje de éste a nivel mundial, pues permite que este residuo se transforme en una fuente de energía.
Este proceso, llamado “Biogreen”, se basa en reacciones como la pirólisis, la torrefacción y la gasificación, con el fin de explotar el poder calorífico del plástico, lo que sería útil en lugares aislados pero también para evitar que este residuo llegue a nuestros océanos.
Así, la expedición suiza, desde abril del año pasado ya ha logrado viajar desde Europa pasando por el Mar Caribe, el canal de Panamá y el Pacífico hasta nuestras costas, desde donde emprenderán el cruce del océano vía el archipiélago de Juan Fernández y la Isla de Pascua, donde también aprovecharán de seguir su labor educativa.
