Impulsos, obra de danza contemporánea, destaca valiosa colaboración chileno-colombiana

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

Encuentro, trabajo conjunto y creación colectiva son las ideas más reiteradas cuando las realizadoras y realizadores de Impulsos aluden al principio básico que puso en escena a este proyecto de danza contemporánea. Lo plantean como “acto de resistencia” en un mundo que “privilegia la competencia” y en oposición a “las fuerzas que buscan anular o silenciar la existencia”.

Conceptos que las cías. Pseudónimo (Chile) y Departamento Coreográfico (Colombia), identifican y conectan más profundamente con esa experiencia de “explorar la energía creativa como una fuerza vital de afirmación y reinvención” de la vida.

Ambas agrupaciones se conocieron en 2019 en Quito (Ecuador) y desde esa fecha su relación se estrechó por la “afinidad en el trabajo corporal riguroso y experimental”. Después, en una residencia de creación en Bogotá (2023), iniciaron un proceso que finalizará con el estreno de Impulsos en Bogotá (octubre pasado) y esta semana en Santiago.

El proyecto recibió el apoyo del programa de Ayudas a la Coproducción de Espectáculos de Artes Escénicas de Iberescena 2025 y del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes de Colombia.

Creación y vida

Al sintetizar lo que quiere transmitir Impulsos, las bailarinas Ninoska Soto (co directora del montaje) y Melisa Molina señalan que la obra propone una “poética del gesto y la acción”, a través de la danza contemporánea y el diseño escénico. Todo teñido “por la diversidad geográfica, cultural y social del territorio sudamericano”, no sólo de Chile y Colombia.

Su objetivo: reflexionar sobre la capacidad que tienen el arte y la danza para registrar el territorio con el cuerpo, lo que permite crear la noción de “un nosotros desde la diversidad”.

¿Qué alcance tiene “explorar la idea del impulso creativo como impulso de vida”?

Ninoska Soto: “Se refiere a la necesidad de crear, de permitirse soñar desde los territorios latinoamericanos, pese a que no hay tantas posibilidades ni tantos recursos. Seguimos soñando e insistiendo, tenemos esperanza en los cambios. El ser humano tiene la necesidad de movilizarse, auto provocarse y, desde ahí, desprender imaginarios.

“Alude también a esa fuerza interna que tenemos, que nos levanta día a día y nos moviliza para generar resultados colectivos, en beneficio del territorio, del espacio, de la naturaleza, de nosotros como individuos. El impulso es nuestra llama que nunca se apaga… Y si se apaga, siempre habrá otro que la encienda”.

Melisa Molina: “Como Departamento Coreográfico, nuestro impulso es el deseo de movernos y crear. Decidimos ser parte de esta colaboración con Pseudónimo, porque tenemos una visión parecida: la necesidad de crear y generar comunidad.

“Después, se expuso lo que nos moviliza a nivel creativo y de movimiento. Siento que en esta obra el impulso se hizo mucho más colectivo en la medida en que hablábamos de territorio y lucha colectiva. Somos países diferentes, pero hemos atravesado conflictos que coinciden con lo que reside en nuestros cuerpos, independiente de haberlo vivido en forma directa o no.

“Hay una resistencia desde donde uno se para a la hora de crear. Entonces, este impulso no es sólo el querer moverse, crear y bailar. También significa querer plantarse en un lugar político, desde nuestra postura y lugar en el mundo: una resistencia y lucha que puede ser conjunta. Para mí es el mensaje de esta obra”.

Materialidad y corporalidad

¿Con qué objetos y materiales trabajaron?

Ninoska Soto: “En esta ocasión, trabajamos con espuma, un material más denso con el que creamos un espacio escenográfico medio destruido, en ruinas. Una bolsa bien voluminosa define el espacio como propuesta plástica, universo estético donde se esconden y aparecen partes del cuerpo de los intérpretes. También hay cuatro bloques de espuma que se va descascarando de a poco. Todo alude a un mundo caótico y desolado, como cuando una guerra destruye la ciudad”.

En cierta escena el elenco usa un tocado con velas ¿refleja algo de la cultura colombiana?

Ninoska Soto: “Esa escena tiene algo de ritualista, esperanzadora, religiosa, evocadora… lo que también hace parte de nuestra historia: convocar, esperanzar, llamar. Hay otras estructuras que también forman parte de la visualidad”.

Melisa Molina: “En Colombia, las personas mayores se cubrían la cabeza en el plano religioso, pero no en la actualidad. Esa imagen me hace pensar en la Virgen. En Colombia se visten las vírgenes en las fiestas patronales, que son muy importantes. Pero en Impulsos la usamos como ritualidad general”.

La bolsa de espuma es como un cuerpo vivo y monstruoso…

Ninoska Soto: “Sí, sí, pero también puede ser montaña, mar… Es una bolsa muy grande que tiene agujeros por los que aparecen o se esconden partes del cuerpo, lo que permite a los intérpretes transitar y darle movimiento y volumen a la bolsa”.

¿La coreografía es sólo creación de Pseudónimo?

“No, la creamos con las propuestas de lenguaje de cada grupo. Se fue armando en los ensayos. También utilizamos camisetas rojas que sugieren misterio y protesta, presente en los cuerpos, además de movilizar lugares, necesidades y evocar situaciones”.

¿La enérgica corporalidad que aportan en ‘Impulsos’ coincide con la línea de Departamento Coreográfico?

Melisa Molina: “A nivel de movimiento, hemos intentado encontrar y sostener una estructura común, pero conservando la naturalidad de nosotras. Hay una cierta partitura coreográfica, pero cada una le mete su swing.

“Ninoska nos compartía su universo coreográfico, explicaba cómo desarrollarlo, desde dónde nacía el movimiento y hacia qué lugar iba… Pero nunca nos dijo, por ejemplo, que las manos tienen que llegar a la altura de las cejas… Era verlo en su cuerpo y nosotras los apropiábamos para los nuestros, desde nuestra particularidad”.

Encuentro único

¿Es la primera experiencia que tienen con artistas colombianos?

Ninoska Soto: “Sí. Es nuestra primera co creación internacional. Para nosotros es un punto de inflexión súper importante. Este año, como Pseudónimo, nos abrimos a colaborar con otros grupos, como ocurrió con Removernos a cielo abierto: Estrategia de Supervivencia…, co creación con artistas chilenas.

“Con Departamento Coreográfico nos conocemos hace cinco años, desde cuando fuimos a Colombia a un festival y nos enamoramos de nuestros respectivos mundos artísticos. Generamos una instancia de intercambio autogestionada que continuamos en Bogotá, en octubre, y ahora en Santiago, con un proyecto Iberescena”.

¿Cómo evalúas la dirección chilena-intérpretes colombianas?

Melisa Molina: “Por primera vez nos dirige una compañía extranjera. Para nosotros fue una nueva experiencia, aunque también funcionamos desde la creación colectiva. Somos diferentes a Pseudónimo, pero tenemos cosas similares.

“Fue súper importante trabajar con Ninoska y Gabriel Miranda: recogimos de ellos su visión de la danza desde el diseño, la plástica y la textura, y desde allí crear y movilizar el cuerpo. Nosotras tiramos más hacia lo coreográfico. El trabajo creativo con ellos fue muy amoroso, también desde la escucha. Fue un espacio muy lindo, intenso, exigente, pero muy gustoso e interesante”.

Impulsos

Co dirección, coreógrafa, diseño vestuario: Ninoska Soto
Co dirección, composición musical, diseño escénico: Gabriel Miranda
Intérpretes-autores: Natalia Gómez Camacho, Melisa Molina Cortés, Wilmer Jiménez Pinzón, María Camila Nieto, Vanesa García Toscano, Karol Castillo Reyes.
Comunicaciones: Joaquín Leal Luco

Noviembre

Martes 18 de noviembre, 18:00 horas
Taller “Cuerpo Vagabundo” (Departamento Coreográfico)
Balmaceda Arte Joven (Av. Pdte. Balmaceda 1215). Actividad de libre acceso previa inscripción

Miércoles 19, 11:00 horas.
Colegio Neptuno (Extensión Casa de la Cultura Violeta Parra de Cerro Navia)

Jueves 20, 11:00 horas.
Colegio Leonardo Da Vinci (Extensión Casa de la Cultura Violeta Parra de Cerro Navia)

Viernes 21 de noviembre, 19:00 y sábado 22, 18:00 horas
Explanada Centro Cultural Matucana 100