Tres son los puntos que el dramaturgo Juan Pablo Troncoso subraya para establecer en qué se inspira y diferencia “En toda alma hay una marca oscura que es necesario ocultar”, de “Los pilares de la sociedad”, del dramaturgo noruego Henrik Ibsen (1828-1906).

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

Aunque ambas reflexionan sobre las catástrofes naturales y la pretendida soberanía humana en el planeta, Troncoso dice que “Ibsen pone en escena una localidad costera pequeña donde un alcalde corrupto establece una relación utilitaria con los habitantes del lugar y una práctica extractivista con la Naturaleza”.

De este ambiente, agrega, aludiendo al camino escénico propio de la propuesta nacional, “nosotros rescatamos el núcleo familiar del alcalde, la idea de la existencia de corrupción y mal uso de fondos en relación al extractivismo en el sistema económico. Sin embargo, en nuestra propuesta los personajes no existen: es el pueblo quién habla y se enfrenta con el alcalde”.

En toda alma hay una marca oscura que es necesario ocultar
Lorenzo Mella

“En toda alma hay una marca oscura que es necesario ocultar” obtuvo el Ibsen Scope Grant 2021, beca del Ministerio de Cultura de Noruega que financia creaciones que promuevan discursos críticos, a partir de las obras del destacado dramaturgo nórdico.

El montaje chileno que debuta en Santiago es el resultado de una investigación de la dramaturgia de Ibsen, realizadas por Juan Pablo Troncoso y el director Nicolás Espinoza, ex integrantes del Colectivo Zoo.

Esta vez, exploraron “la presencia de fuerzas no humanas en la obra ‘Los pilares de la sociedad’ en el contexto de cambio climático”, junto con cuestionar “las relaciones de poder como algo que alude únicamente a los seres humanos”.

“Estamos viviendo un cambio de paradigma en torno a las narrativas”, comenta Juan Pablo Troncoso, dramaturgo de “En toda alma hay una marca oscura que es necesario ocultar”.

Las catástrofes naturales son algo común…

“Sí, hay una catástrofe natural, un maremoto… Nuestra propuesta actualiza los conflictos problematizados por Ibsen y, lo más importante, pone a la Naturaleza en primer plano, como una fuerza natural e incontrarrestable frente a los seres humanos.

“También subrayamos cómo los humanos hemos sido incapaces de entender sus ciclos, menos controlarlos, lo que nos lleva a cuestionar esa pretensión de dominio que nunca se ha tenido sobre diversos fenómenos naturales, como volcanes, maremotos …

“Y, tal vez lo peor, no modificamos nuestras costumbres y el modo de relacionarnos con la Naturaleza en una época que necesita transformaciones urgentes si queremos sobrevivir”.

¿Buscan reproducir fenómenos naturales?

“No. Utilizamos recursos audiovisuales que no pretenden representar de manera naturalista la presencia del mar, sino a través de un juego lumínico que se inspira en patrones del movimiento del mar: rescatamos y llevamos a escena los principios físicos que rigen el mar, las mareas, las olas, los maremotos.

“Nuestra obra tiene también un componente contemplativo: la gente parece estar contemplando una catástrofe, una especie de maremoto… que ya ocurrió. También se reflexiona sobre esta catástrofe.

“Y como todos vivieron su final se habla mucho, se narran y entregan testimonios sobre lo ocurrido. El pueblo enfrenta al alcalde”.

¿Se cuestiona que el hombre “es la medida de todas las cosas?

“El giro que tiene lugar hoy en la filosofía y en las artes cuestiona la hegemonía humana y el antropocentrismo que han tenido todas las prácticas y especialidades.

“Pero no es poner al ser humano en segundo lugar, sino en la jerarquía adecuada como parte del planeta: hay más plantas, más microbios que seres humanos… La Tierra va a seguir existiendo, no importa lo mal que le hacemos a la Naturaleza”.

¿Cómo queda el humanismo y sus derechos inalienables?

“Las luchas sociales y políticas debiesen ir engranadas con el respeto a la Naturaleza. Debemos asumir que las luchas actuales en relación al medio ambiente van de la mano con las luchas que ya existen.

“No puede ser que el agua o el borde costero sean propiedad privada de algunos. ¡Es un derecho humano! O existan zonas de sacrificio, monocultivos, uso de suelo para construir viviendas donde no se puede…”

No hay living

El perfil de la obra no es realista, pero utiliza recursos materiales tangibles…

“Se está desarrollando un pensamiento sobre nuevos realismos, basado en lo que existe, en lo que hay, como el realismo ecológico, una realidad factual de lo que ocurre con las mares y los suelos.

“La obra no se desarrolla en el living de una casa. Tiene una atmósfera en una propuesta sintética y limpia que se construye, a través de luces y placas en escena. No busca representar el lugar”.

En toda alma oscura hay una marca que es necesario ocultar
Daniel Corvillón

¿Es el día después de la hecatombe?

“La ficción apocalíptica es un nuevo realismo.
Necesitamos imaginar relatos que hablen más allá del Apocalipsis. Es algo que está ocurriendo.
En el arte se trata de contar historias e imaginar mundos más allá del fin. Qué ocurre después del fin. Somos parte de un movimiento que intenta reflexionar sobre los finales”.

En toda alma hay una marca oscura que es necesario ocultar

Dramaturgia: Juan Pablo Troncoso
Dirección: Nicolás Espinoza
Elenco: Verónica Medel, Rafael Contreras, María Paz Grandjean

Diseño integral: Catalina Devia
Diseño audiovisual: Pablo Mois
Universo sonoro: Federico Palma
Diseño sonoro: Daniel Marabolí
Producción: Coté Durán
Asistencia producción: Lynda Mebtouche
Diseño gráfico: Javier Pañella
Comunicaciones: Fogata Cultura
Fotografías: Daniel Corvillón
Asistencia teórica: CIGIDEN
Coproducción: Ibsen Scope y Matucana 100
Apoyo: Embajada de Noruega, Estación Mapocho, Universidad Mayor, Espacio Checoeslovaquia

Matucana 100
Miércoles a sábado 20.00 horas; domingo 19.00 horas.
Entradas:
https://ticketplus.cl/events/en-toda-alma-hay-una-marca-oscura-que-es-necesario-ocultar
5 al 20 noviembre 2022