En el Juzgado de Garantía de La Ligua se desarrolló la audiencia de formalización del ex párroco de Zapallar, identificado con las iniciales J.R.J.L., a quien se le imputan delitos de estafa y apropiación indebida en carácter de reiterado.

El religioso, vicario parroquial de la Iglesia Santa Rosa de Lima dependiente del Decanato de Los Andes, quedó sujeto a las medidas cautelares de arraigo nacional y firma mensual, debiendo concretar este último trámite en la Segunda Comisaría de Carabineros de San Felipe.

La investigación que desarrolló el fiscal Benjamín Santibáñez, determinó que el sacerdote se apropió de esos dineros con un particular modus operandi, ya que se habría transferido fondos a sus cuentas personales, se autocontrató -contraviniendo el código canónico– por más de dos millones de pesos mensuales y por 3 millones en los meses de verano.

Recordemos que el sacerdote es indagado por parte de la Fiscalía Local de La Ligua tras una denuncia interpuesta por la familia Moreno Wilson en septiembre de 2012.

Fue en noviembre de ese mismo año que el imputado conformó la sociedad de acciones Santa Clotilde SpA, firma a la que se traspasaron una camioneta 4×4 y ocho tumbas del cementerio avaluadas en $60 millones y que pertenecían a la parroquia, situación que generó que el Obispado de San Felipe lo apartara de ese cargo.

Las altas suma que cobraba por las tumbas motivaron la intervención del Obispado, las cuales estaban emplazadas en un terreno que el sacerdote habría usurpado a la familia denunciante de Zapallar.

Sin embargo, la investigación arrojó otras aristas que configuran el delito de estafa reiterada, ya que el sacerdote habría extendido una serie de cheques a terceros -al parecer- para asegurar su futuro, ya que la indicación para las personas habría sido que tenían que cobrar los documentos, los que supuestamente podrían haber sido protestados y así él los recuperaba para cobrarlos.

Cabe destacar que tras la audiencia el magistrado Néstor Valdés Sepúlveda fijó un plazo de investigación de cuatro meses para el caso.

Finalmente, el sacerdote ya no es párroco en Zapallar pero a pesar de haber sido denunciado por el mismo obispado, continúa ejerciendo funciones eclesiásticas como vicario de la parroquia Santa Rosa de Lima de Los Andes.