Las autoridades de Venezuela interceptaron el lunes un avión de matrícula estadounidense, proveniente de Centroamérica, que según informó el ministro del Interior Tareck El Aissami era usado para transportar cocaína y sería la segunda aeronave capturada este año.
La tripulación de la avioneta “no quiso comunicarse con las torres de control”, por lo que se activaron los “sistema de defensa aérea” a través de dos aviones de combate F16 que “obligaron a esta aeronave de matrícula norteamericana a que aterrizara en el estado Guárico (centro)” la madrugada del lunes, precisó el ministro en rueda de prensa.
El Aissami reveló que en las primeras investigaciones que realizaron las autoridades en el aparato, se encontraron “trazas de cocaína” dentro de la cabina.
“Los sistemas de navegación reflejan que este avión realizó vuelos dentro de Estados Unidos, es un avión dedicado al tráfico ilícito de drogas (…) que volaba libremente dentro de Estados Unidos”, explicó el ministro.
“Es Estados Unidos el que constantemente acusa infundadamente a nuestro gobierno de no colaborar (con la lucha antidrogas), y resulta que esta aeronave es de Estados Unidos y volaba impunemente en territorio norteamericano”, indicó.
Efectivos militares están tras la pista de los miembros de la tripulación, que lograron escapar tras el aterrizaje forzoso.
Otro avión, presuntamente del narcotráfico y de bandera mexicana, fue interceptado a principios de año, añadió el responsable.
“En menos de 10 días hemos logrado interceptar dos aeronaves dedicadas al tráfico ilícito de drogas (…) Son 650 kilos de droga incautada y 17 personas detenidas”, se felicitó el responsable.
Venezuela, al igual que Bolivia y Birmania, no obtuvo en 2009 la certificación anual antinarcóticos que otorga Estados Unidos, pues, según refleja un informe, sus políticas en la lucha contra el narcotráfico “fracasaron ostensiblemente”.
La colaboración en la lucha contra el narcotráfico entre Estados Unidos y Venezuela se interrumpió en 2006, cuando el gobierno de Chávez cortó sus vínculos con la agencia antidrogas estadounidense (DEA) acusándola de injerencia en asuntos internos.