En 2014, una noticia inesperada informaba el alejamiento de Alice Glass del dúo electrónico Crystal Castles, en pleno apogeo de su carrera. La decisión nunca fue explicada del todo: a pesar que Alice argumentó diferencias personales y la inexistencia de “sinceridad, honestidad y empatía por los demás” dentro del grupo, nunca se entendió el rotundo alejamiento de la cantante, quien hizo dupla durante 11 años con el afamado productor Ethan Kath (Claudio Palmieri), la otra mitad del dúo.

Tres años después, y con acusaciones de violación y acoso sexual aún latentes en diversos rincones de la industria del espectáculo y entretenimiento, Glass rompió el silencio y dio signos de valentía al contar, en primera persona, la situación de abuso de la que fue víctima durante su estadía completa en el binomio electrónico de Toronto, Canadá.

El anuncio lo hizo en su sitio web oficial, donde a través de un largo texto aseguró haber sido acosada y violentada sexualmente por Ethan Kath. “Lo conocí cuando estaba en el décimo grado. La primera vez que se aprovechó de mí fue cuando tenía alrededor de 15 años. Era 10 años mayor que yo. Entré en la parte trasera de su auto extremadamente intoxicada (debido a las bebidas alcohólicas que me había dado esa noche). No hablamos durante meses después de eso. Hizo todo lo posible para encontrarme de nuevo, acechándome y conduciendo frente a mi escuela secundaria buscándome”, escribió Alice.

Luego, describe la normalidad con la que era visto el abuso sexual en la escena punk de su ciudad, donde era común ver a viejos próceres de la música abusar de seguidoras jóvenes. De acuerdo a su relato, el músico la manipuló y potenció sus inseguridades, llevándola a escenarios que Alice, en su juventud inexperta, no podía controlar.

Alice Glass y Ethan Kath
Alice Glass y Ethan Kath en Crystal Castles | Facebook

“Cuando tenía 16 o 17 años me dio un CD de canciones y me pidió que escribiera y cantara sobre ellas. Llevé las canciones a casa y escribí letras y melodías y grabamos las pistas que me gustaron. Pero incluso con la música, creó un ambiente tóxico que a menudo sentía que tenía que aceptar. Mientras grabábamos nuestro primer EP, el ingeniero de grabación me acosaba sexualmente mientras estábamos en el estudio. Claudio se rió de mí y me presionó para que lo aceptara”, agregó la artista.

La manipulación, según Glass, llegó al punto de interferir en todos los hábitos de su rutina cotidiana, obligándola a mantener relaciones sexuales con él a cambio de “protección” de enemigos de su discurso político y musical. “Era muy bueno para mantener su trato terrible conmigo en privado. A veces era encantador, era hiperprotector y, sobre todo, me encantaba la banda que teníamos. Pero a menudo me decía lo reemplazable que era. Incluso me dijo que estaba buscando activamente a alguien para reemplazarme. Me mantuvo insegura y nerviosa”, contó.

A continuación, la declaración más angustiante de Glass en el texto, reflejo del tortuoso camino que recorrió por 11 años, incluidas dos estadías en escenarios chilenos: “Me dijo que él era el único del mundo que creía en mí, que todos los demás pensaban que era una perdedora, una broma, una payasa. Le creí. Me sentí suicida durante años”, dijo

Ethan Kath, el principal implicado en la acusación de Glass, aún mantiene silencio sobre la declaración de Glass, al mismo tiempo que sus redes sociales se repletan de desaprobación e insultos en su contra.